En las ciudades, las cuarentenas realizadas por los humanos durante la pandemia del COVID-19 han ofrecido un respiro al mundo natural, con cielos despejados y el regreso de la vida silvestre a las vías fluviales. Ahora, la evidencia de una caída en la contaminación acústica submarina ha llevado a los expertos a predecir que la crisis sanitaria también puede ser una buena noticia para las ballenas y otros mamíferos marinos.