Los casos no detectados, que probablemente no presentaba muchos síntomas, fueron en gran medida responsables de la rápida propagación del brote de coronavirus COVID-19 en China, según nuevas investigaciones realizadas por los científicos de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

Según este trabajo, publicado en la revista Science y elaborado a través de un modelo informático, el 86% de todas las infecciones estaban sin detectar antes del cierre de los viajes a la ciudad china Wuhan, epicentro de la pandemia, el 23 de enero. Estas infecciones sigilosas eran la mitad (52%) tan contagiosas como las documentadas, pero eran la fuente de dos tercios de los contagios confirmados.

Además, estos científicos han concluido que los esfuerzos de control del Gobierno y la concienciación de la población han reducido la tasa de propagación del virus en China. Después de que se impusieran restricciones a los viajes y medidas de control, se propagó con menos rapidez, de acuerdo con sus hallazgos.

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"La explosión de los casos en China fue impulsada en gran medida por personas con síntomas leves, limitados o inexistentes que no fueron detectados. Dependiendo de su contagio y número, los casos no detectados pueden exponer a una porción mucho mayor de la población al virus de lo que de otra manera ocurriría. Estas transmisiones sigilosas continuarán presentando un gran desafío para la contención de este brote en el futuro", comenta uno de los autores, Jeffrey Shaman.

Los investigadores utilizaron un modelo informático que se basa en las observaciones de la infección reportada y la propagación dentro de China en conjunto con los datos de movilidad del 10 al 23 de enero y del 24 de enero al 8 de febrero. Advierten que los cambios importantes en las prácticas de búsqueda de atención o de documentación de los pacientes, así como los rápidos avances en lo que respecta a las restricciones de viaje y las medidas de control, pueden dificultar las predicciones. (I)