Hijos de agricultores que carecen de tierra han encontrado en una escuela de la aldea de Mashpi, al noroeste de Quito, el lugar para aprender a relacionarse con la naturaleza. Viven en la selva de la región del Chocó Andino, de unos 187.000 kilómetros cuadrados que se extienden por Panamá, Colombia, Ecuador y Perú, una de las reservas de la biósfera del mundo.