Un  intenso dolor estomacal que se extendió hasta la parte baja de la espalda  llevó a Eduardo, de 30 años, a emergencias del hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Los Ceibos, en  Guayaquil. Fue en agosto del 2018. Al llegar lo atendieron, pero le advirtieron que su patrono estaba en mora con las aportaciones. 

Las obligaciones pendientes que tienen los empleadores  con el IESS van en aumento (mora patronal). En el 2015 fueron de $ 132,4 millones, mientras que hasta junio del 2019 la suma alcanzó  los $ 225,1 millones, es decir, un incremento del 70%. La  mora patronal total asciende a $ 1.196,4 millones, incluyendo las obligaciones pendientes anteriores al 2015. 

El art. 96 de la Ley de Seguridad Social dispone que los afiliados reciban la atención sanitaria por enfermedad y  maternidad, auxilio de funerales y el fondo mortuorio pese a que el patrono está en mora, pero ese gasto se suma a la deuda del empleador (glosa). Lo que sí no se puede es acceder a los  créditos con el banco del IESS (Biess). 

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El Código Orgánico Integral Penal, vigente desde agosto del 2014,  establece una pena privativa de libertad de uno a tres años a los empleadores que  retengan  los valores correspondientes a  las obligaciones de los trabajadores con el IESS y  no los depositen en la entidad en el plazo máximo de 90  días, contados a partir de la retención.  

La Fiscalía General del Estado reporta que entre enero y agosto último se registraron 160 denuncias de retención ilegal de aportes, 40 más que en todo  el 2018.  La recaudación de la mora patronal se hace a través de procesos administrativos o mediante coactiva.

Hay casos de retención ilegal de aportaciones que no llegan al sistema judicial. No todos los empleados denuncian por temor a ser despedidos. Eduardo terminó la relación laboral con su empleador tras  salir del hospital de Los Ceibos, donde le diagnosticaron  pancreatitis aguda.

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Su patrono fue glosado, debió pagar por esa atención médica y Eduardo encontró trabajo en otra compañía. Pero  la historia laboral de este contador no cambia. Hace dos meses quiso hacer un quirografario y no pudo porque su actual patrono también está en mora.

Francisco García, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas, asegura que se debe analizar lo que lleva a un empleador a caer en mora en tiempos de crisis. “El emprendedor  arranca animado, pero en el camino  tiene complicaciones, los actuales tipos de contratación no son los más factibles para empezar negocios, hay un alto peso de la seguridad social”, dice. 

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A ello se suma la tramitología  para ponerse al día. “Cuando se  quiere hacer un cambio o se olvida de la clave patronal es un problema, porque hay que ir personalmente y recuperarla”.

Una facilidad, añade García, sería que parte de los trámites se puedan hacer vía internet y que el Biess conceda créditos patronales para pagar lo adeudado. “Hoy lo que se puede hacer es convenios de pago”.

El aumento de la mora patronal coincide con la desaceleración económica de los últimos tres años, dice Diego Silva, gerente de la Trattoria Piccolo Mondo en Urdesa, en  Guayaquil. “Las ventas han bajado entre el 40% y 50% este año, personas que antes venían dos o tres veces por semana, ahora vienen una o dos veces al mes. Hasta ahora no me he atrasado en las aportaciones al IESS, pero es difícil. Toca dejar de pagar a un proveedor o dejar de cobrar uno mismo como dueño para estar al día con el IESS y el Servicio de Rentas Internas”.

Otra opción es liquidar a parte del personal. De este restaurante italiano salieron cinco trabajadores este año. Un conocido de Silva pagó una glosa de $ 20.000 porque hace cinco años uno de sus empleados tuvo un infarto y requirió ser operado justo cuando estaba en mora.  “No te salva nadie, no sé por qué (las glosas) demoran tanto en llegar. Él se acogió a la remisión de intereses, pero al final pagó”. 

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Los negocios que tienen flujo diario de caja como los restaurantes tienen más facilidades para cubrir las aportaciones, dice Diego Silva, gerente de Trattoria Piccolo Mondo, en Guayaquil. Foto: Ramón Zambrano

Luis Moyano, presidente de la empresa Mafrico, que ofrece servicio de refrigeración, dice que una compañía puede tener un registro de cumplimiento durante sus primeros 30 años de vida, pero si en el año 31 hay un atraso de  dos o tres días y el empleado se va a atender al IESS en ese periodo, al empleador le toca asumir ese gasto.     

“En un seguro privado, si uno está atrasado más de 30 días, allí ya no le dan el servicio, acá (en el IESS) debería ser lo mismo, tener un lapso prudencial para cubrir la aportación. Hay casos muy fortuitos de atrasos de dos o tres días y ya el asegurado queda desprotegido”, afirma. 

Los patronos deben pagar las obligaciones de sus trabajadores con el IESS hasta el 15 del mes posterior al periodo de 30 días de labores.

Moyano anota que la etapa más difícil de cumplir con las aportaciones al IESS en los 38 años de vida de Mafrico fue en la crisis de la mancha blanca, en la década del noventa, que diezmó la oferta de camarón exportable. “Habíamos tomado previsiones en las buenas épocas y teníamos recursos, se recortaron gastos en otras áreas y cumplimos, pero muchas empresas tienen problemas puntuales de liquidez y allí caen en mora”.

Aunque reconoce que si hay empresarios que no pagan por negligencia y esperan una condonación de los intereses para hacer un convenio y cancelar.       

La empresa Mafrico se inició hace 38 años con siete empleados. Hoy son 70. Foto: Ramón Zambrano 

Las entidades y empresas del sector público también incumplen. Eugenia Espinoza, de 49 años, salió de una editorial que era parte del grupo de medios públicos en junio del 2018. Hasta ahora espera la indemnización por despido intempestivo y cuenta que su patrono aún debe las aportaciones de  los diez últimos meses que laboró, incluyendo los dividendos del crédito hipotecario, pese a que en su rol de pagos sí constaron los descuentos, según dice. 

Ella cubrió las cuotas del hipotecario desde que salió del trabajo hasta enero del 2019 con sus fondos de reserva y de cesantía. Ahora tiene trabajos esporádicos y el mes pasado quiso refinanciar, pero debía pagar $ 510 por los intereses de mora acumulados entre febrero y diciembre de este año. “Ni mi cuota mensual de $ 360 alcanzo a reunir”, asegura. 

Este Diario solicitó desde el 27 de septiembre del 2019 una entrevista con el director del IESS en Guayas, que tiene la potestad de  dirigir a la Fiscalía las denuncias por retención ilegal de aportes, pero no hubo respuesta.

(I)