El 29 de junio de 2005 el entonces presidente venezolano Hugo Chávez creó Petrocaribe, un programa de asistencia para ofrecer petróleo subsidiado a 14 países del Caribe que implicó la inyección de más de $ 28.000 millones. Haití recibió $ 3.800 millones desde 2008 cuando se adhirió a ese plan.

Más de $ 2.100 millones  fueron apartados por gobiernos haitianos para obras, que terminaron en una cadena de irregularidades, según el trabajo periodístico #Petrofraude.

Un informe del senado haitiano, a finales de 2017, reveló irregularidades en el manejo de casi $ 2.000 millones de ese programa con sobreprecios en construcciones, cancelación y desviación de fondos ilegalmente a otros proyectos o adjudicación de millonarios contratos a firmas recién creadas.

Publicidad

Se trataba de financiamiento para unos 200 proyectos de viviendas, hospitales, escuelas... a los que se asignaron recursos, pero una gran parte fue a parar a bolsillos privados, refiere la investigación periodística.

Al menos tres presidentes, más de 40 funcionarios de alto nivel, entre ellos unos 15 exministros; el hijo del expresidente Michel Martelly y poderosos grupos empresariales aparecen implicados.

El escándalo desató masivas protestas desde agosto de 2018, en las que se exigía al presidente Jovenel Moise la investigación de la corrupción. Varios manifestantes murieron. La frustración aumentó cuando un informe de enero pasado implicó también a Moise, quien dirigió una empresa que fue beneficiaria de fondos de un proyecto de construcción de vías que nunca llegó a concretarse.

Publicidad

La ira popular ahora tiene nombre: Jovenel Moise, el presidente que dirige el país desde 2017, a quien le exigen la renuncia. “En dónde está la plata de Petrocaribe”, se grita a todo pulmón entre miles de haitianos indignados.

Las protestas son violentamente reprimidas y desde el pasado 7 de febrero suman al menos 9 muertos, decenas de detenidos y saqueos.

Publicidad

Ante el aumento de las protestas en el país, EE.UU. ‘ordenó el retiro de su personal no esencial y pidió a sus ciudadanos no viajar a Haití. Canadá también decidió cerrar temporalmente su embajada.

En uno de los casos del escándalo de corrupción aparece Olivier Martelly, el hijo del expresidente Michel Martelly (2011-2016), conocido como el cantante Big O, quien estuvo a cargo de proyectos de la reconstrucción del país tras el terremoto de 2010 que dejó más de 250.000 muertos y 1 millón y medio de damnificados.

Parques deportivos y plazas eran parte del plan que no respondía a la emergencia de los que perdieron todo. Entre esas obras se incluyó la construcción de 14 estadios de fútbol por $ 25,6 millones. La ejecución estuvo plagada de irregularidades, según las investigaciones. Ninguna de las instalaciones fue terminada, una de las dos empresas con más contratos autorizados en 2011, ni siquiera existía porque había sido disuelta en 2010.

“El presidente nos mintió. Sus promesas de puestos de trabajo para que podamos al fin tener dinero para pagarnos la comida fueron un engaño. Hace dos años que está en el poder y el pueblo tiene aún más hambre”, dijo Vanel Louis Paul en una de las manifestaciones.

Publicidad

“Si Jovenel (Moise) no quiere irse vamos a hacer que la burguesía que lo apoyó sufra, para que entienda”, agregó.

Durante su campaña electoral, Moise prometió “comida en cada plato y dinero en cada bolsillo” de los haitianos. Sin embargo, la mayoría de los habitantes lucha por sobrevivir y enfrentan una inflación que ha aumentado un 15% desde la elección de Moise.

El informe #Petrofraude revela que con los fondos venezolanos se privilegiaron negocios también del senador dominicano Félix Bautista, grupos empresariales y familias con nexos con el poder en la isla La Española. La red implica también al financiamiento de campañas de candidaturas como la de Martelly, quien obtuvo la victoria en 2011. (I)