La prohibición anunciada este viernes al navío "Sea-Watch 3" de abandonar el puerto italiano de Catania marcó el fin de la presencia de barcos de organizaciones no gubernamentales para acciones de socorro frente a la costa de Libia.

Las principales ONGs ya habían suspendido sus actividades a fines de 2017 a raíz de la disminución en el número de barcos cargados de emigrantes y también a causa de las amenazas de parte de guardacostas libios, que consideran a esas entidades humanitarias como cómplices en la situación humanitaria.

La ONG Moas, la primera en participar en las operaciones en esa región en 2014 -donde llegó a tener dos navíos- ya transfirió sus actividades a Bangladés, en auxilio de los rohingas.

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Al mismo tiempo, el grupo Médicos sin Fronteras (MSF), ya interrumpió las actividades del "Vos Prudence", el mayor navío humanitario privado ante las costas de Libia, con capacidad para atender a 1.500 personas.

El grupo humanitario Save the Children ya hizo lo mismo con el "Vos Hestia".

Al inicio de agosto de 2017, la justicia italiana intervino el barco "Juventa", de la pequeña ONG alemana Jugend Rettet, acusada de complicidad con los refugiados libios pero que defiende su inocencia.

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En tanto, el barco "Lifeline", de la ONG alemana del mismo nombre, sigue bloqueado en el puerto de La Valeta, en Malta, donde enfrenta cuestionamientos sobre su situación administrativa.

En diciembre, la ONG SOS Méditerranée y Médicos sin Fronteras interrumpieron las operaciones del navío "Aquarius", que en junio se tornó el símbolo de la crisis política alrededor de los migrantes.

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Ya en enero, la ONG española Proactiva Open Arms denunció la decisión de las autoridades españolas de bloquear el barco "Open Arms" en Barcelona.

En la primavera boreal de 2018 ese mismo navío había sido retenido durante un mes en Italia, antes de ser autorizado a navegar nuevamente. Posteriormente, debió realizar varios viajes hasta Espala para desembarcar migrantes socorridos frente a Libia pero que fueron rechazados por Malta o Italia.

Resistencia ante presiones

La ONG alemana Sea Eye, cuyos navíos enfrentaron bloqueos administrativos en 2018, retomó las actividades en diciembre con un nuevo barco, el "Professor Albrecht Penck", que socorrió a 12 migrantes. Ese barco está actualmente en Mallorca y debe volver a navegar en dos semanas.

Paralelamente, en Italia un grupo de asociaciones lanzó el "Mediterranea", un navío de bandera italiana que pretende verificar la situación actual en alta mar.

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Al mismo tiempo, los pequeños aviones Colibri, de la ONG francesa Pilotes Volontaires, y Moonbird, de Sea Watch, mantienen regularmente sus operaciones de patrulla para detectar embarcaciones en dificultades. (I)