Fuerza Popular, el avasallador partido que operaba sin contemplaciones al mando de Keiko Fujimori, perdió el control del Congreso peruano y su futuro político se tornó incierto, tres meses después de que su líder fuera encarcelada por supuestos aportes ilegales de la brasileña Odebrecht.

Un nuevo Consejo Directivo del Congreso, en el que el fujimorismo ya no tiene la mayoría para manejar la agenda legislativa, debe asumir sus funciones este miércoles, lo que marcaría el fin del enfrentamiento sin cuartel entre el parlamento y el popular presidente peruano Martín Vizcarra.

El partido fujimorista Fuerza Popular (derecha populista) tenía 13 miembros en este Consejo, de un total de 24, pero ahora quedó con 10 por decisión de los jefes de las bancadas parlamentarias.

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Esta decisión fue adoptada tras una seguidilla de deserciones en las filas de Fuerza Popular, que le hizo perder su mayoría absoluta en el Congreso unicameral. De 73 escaños ganados en 2016, de un total de 130, quedó con 55.

"Se acaba esta dictadura parlamentaria" fujimorista, festejó el legislador César Vásquez, del partido Alianza para el Progreso.

Esto "permitirá un mayor diálogo en el Congreso", dijo el jefe del legislativo, Daniel Salaverry, quien se marginó del partido fujimorista hace unas semanas invocando la conveniencia de una conducción "independiente" en el parlamento, en contraste con su antecesor, Luis Galarreta, un belicoso incondicional de Keiko.

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"Lo ocurrido es altamente positivo, acaba con la confrontación que se estrenó en julio del 2016 cuando Pedro Pablo Kuzcynski ganó la presidencia", dijo a la AFP el analista político Juan Carlos Tafur, al resumir el azaroso periodo vivido los últimos 30 meses en el país.

"No hay dudas, la relación entre el gobierno y el Congreso mejorará porque la oposición fujimorista ha perdido el control de las comisiones frente a la coalición que respalda a Vizcarra", estimó de su lado el analista Fernando Rospigliosi.

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El riesgo con la nueva correlación de fuerzas es que el Congreso pase de opositor a oficialista incondicional, advirtió Rospigliosi: "hay varias bancadas que compiten para ver quien es más oficialista, ganando favores del gobierno".

El nuevo escenario no debe ser visto como "un cheque en blanco" por el presidente Vizcarra, resaltó Tafur.

El desafío será hallar un equilibrio en la relación, en momentos que el Congreso debe aprobar varios proyectos de ley del gobierno que tuvo archivados.

"Urge una reforma laboral, fomentar la inversión privada, leyes que si no se hacen en un plazo de 12 meses van a sumir al Congreso en un desprestigio como el que representó la mayoría fujimorista", acotó Tafur.

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En la otra mano, una eventual disolución del Congreso ordenada por Vizcarra (que obligaría a adelantar los comicios legislativos previstos para 2021), tampoco se puede descartar, aunque hoy es menos probable, según los analistas. "Es una de las opciones de Vizcarra si la popularidad se deteriora", apostilló Rospigliosi.

Poder en la sombra

Aunque la primogénita del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) no era miembro del Congreso peruano, ella lo dirigía desde las sombras, según reveló el chat grupal de Whatsapp de los líderes fujimoristas.

Apoyada en la holgada mayoría parlamentaria conseguida por su monolítico partido en 2016, Keiko impuso a sus parlamentarios un estilo belicoso y acorraló a Kuczynski hasta forzarlo a renunciar en marzo pasado.

Pero la hija del exmandatario no pudo doblegar a Vizcarra, un provinciano casi desconocido y sin mucha experiencia política, que asumió el poder el 23 de marzo de 2018.

Vizcarra enfrentó con energía los embates del fujimorismo y, favorecido por su alta popularidad, lanzó una reforma constitucional respaldada por el 78% de los peruanos en un referéndum en diciembre, que dejará sin empleo a los 130 miembros del Congreso en 2021, al prohibirles buscar la reelección.

Así, bajo la férrea conducción de Keiko el Congreso terminó haciéndose un 'harakiri' y la renuncia de Kuczynski resultó una victoria 'pírrica'.

Además de la pérdida de poder político, Keiko está en prisión preventiva desde hace tres meses por recibir supuestos aportes ilegales de la constructora Odebrecht en su campaña de 2011.

También su padre fue devuelto a prisión la semana pasada para que complete su sentencia de 25 años por crímenes contra la humanidad, después de que la justicia anulara el indulto que le otorgó Kuczynski en la Navidad de 2017.

Pero para Tafur la crisis del fujimorismo todavía puede acentuarse: "si Keiko Fujimori sale libre va a querer confrontar, y eso va a precipitar la crisis terminal de su partido".

El hermano menor

Pese a que a Keiko Fujimori no le va bien, parece que la suerte de su hermano menor podría cambiar.

De acuerdo a una publicación del diario peruano El Comercio, 55 diputados han pedido en el Congreso que se levante la suspendión a Kenji  Fujimori y a otros dos diputados que llevan fuera del hemiciclo por más de 120 días.

Kenji Fujimori había sido suspendido por iniciativa del partido de su hermana -con el que llegó al Congreso- por no seguir la línea y por supuestamente negociar votos para mantener en el cargo al expresidente Pedro Pablo Kuczynski, quien le había dado el indulto -actualmente anulado- a su padre, el expresidente Alberto Fujimori, en diciembre de 2017. (I)