Una huella, una mancha de sangre, la más pequeña fisura en una bala, un cabello, residuos biológicos, la reconstrucción virtual de un hecho o las marcas de llantas en el asfalto pueden convertirse en pruebas y evidencias para la comprobación de un delito.

Estos indicios, a través de avances tecnológicos, ya permiten que varias instituciones públicas del Ecuador ayuden a determinar culpabilidades o inocencias en casos de asesinatos, violaciones, agresiones físicas o accidentes viales.

En el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (SNMLCF) se realizan decenas de pericias solicitadas por la Fiscalía que van desde análisis genéticos hasta la reconstrucción de un asesinato.

Publicidad

Paula Vernimmen, directora de esta institución, afirma que los equipos que poseen ayudan en los procesos judiciales.

En el área de Criminalística tenemos equipos para determinar sustancias químicas como estupefacientes, tenemos equipos para medición de audio y video y para análisis de las mismas. En mecánica forense vemos problemas en frenos o daños en vehículos”, dice.

Pruebas químicas para la detención de drogas se realizan en el SNMLCF. Foto: Carlos Granja

Publicidad

También realizan procedimientos de antropología física, es decir, estudian restos óseos para determinar lesiones, identidad, género y las causas de la muerte de una persona.

“Hacemos mapeos genéticos de esos restos y comparar con algún familiar en un caso de una persona desaparecida, por ejemplo. Este procesamiento de hueso demora más tiempo porque hay que pulverizar el hueso”, señala Vernimmen.

Publicidad

Para procesar un fémur y obtener una muestra legible, explica la funcionaria, pueden demorar de 15 a 20 días, pero si al final del procedimiento “no se la puede obtener, entonces debemos procesar otro hueso”.

En esta entidad también desarrollan pruebas de ADN. La entrega de los resultados dependerá de las condiciones en que se tomó la muestra.

El análisis de cadáveres es otro de los servicios que brinda el SNMLCF. Se etiquetan los cuerpos, se los fotografía, se inspecciona su vestimenta, se describen lesiones, se toman huellas y muestras de ADN para cotejarlos con bases de datos.

Si no se logra identificar el cuerpo, se le levanta un expediente completo y son inhumados individualmente.

Publicidad

A escala nacional, con corte a noviembre del 2018, se reportó el ingreso de 7.158 cadáveres en el SNMLCF, a los cuales también se les realizó autopsias.

De ese número, 202, entre fetos y cadáveres, han sido inhumados y, con corte a la misma fecha, aún siguen en custodia de esta entidad 312 cuerpos.

En el tema vial, el SNMLCF levanta indicios como la pintura, huellas del frenado, daños a objetos cercanos y registra a personas fallecidas. También realiza revenidos químicos, que es la revisión de un auto para verificar su legalidad.

Si hay sospechas de adulteración, se aplican reactivos químicos para restaurar la numeración anterior del auto. Luego, la Fiscalía solicita que se realice la remarcación con los sellos de la Policía Nacional.

El fiscal del Guayas Víctor González afirma que la Fiscalía se apoya en estos servicios y siempre actúa de oficio.

“El primero en conocer el delito es la Policía, que comunica de manera inmediata al fiscal de turno y este dispone la investigación. En asesinatos, los primeros en llegar son los peritos de Criminalística...”, dice.

El despido de 74 funcionarios públicos, entre ellos peritos, del SNMLCF, efectuado la segunda semana de enero, causó preocupación en la ciudadanía. Sin embargo, Vernimmen aseguró que la atención está garantizada a través de la aplicación de un plan de contingencia.

Además, el presidente Lenín Moreno, en cadena nacional del pasado 16 de enero, indicó que dispuso que se den los recursos necesarios para que “nuestros sistemas de investigación cuenten con profesionales y herramientas de alto nivel”.

También indicó que toda asignación de recursos para combatir la delincuencia y el crimen organizado tiene el carácter de urgente.

En cambio, la Oficina de Investigación de Accidentes de Tránsito (OIAT), de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), realiza reconstrucciones virtuales en tres dimensiones para determinar causas y responsables de accidentes de tránsito.

El teniente Henry Palacios, miembro de la OIAT, dice que el uso de la tecnología a través de un software se da hace 5 años aproximadamente.

“El programa que tenemos es el Ares 360. Un software forense que tiene aplicabilidad judicial porque estamos reconstruyendo accidentes de tránsito que serán ingresados en un proceso judicial”, dice.

En el programa Ares 360 se realizan reconstrucciones virtuales de accidentes de tránsito. 

Esta herramienta tecnológica permite ingresar toda la información levantada por peritos. Se registran en el programa las medidas específicas de los vehículos, direcciones que llevaban, cantidad de impacto o deformación de los autos.

También se ingresan las medidas de las calles, carreteras, aceras y bordillos. Una vez que se alimenta este software, el programa genera resultados con un 99,9% de efectividad, según Palacios.

La OIAT a través de drones también realiza el mapeo de las zonas donde ocurrió el siniestro investigado. Estos registros son ingresados al Ares 360.

Con esto se logra la escenificación digital del lugar donde se dio el accidente.

Cerca de quince días tardan los peritos en realizar una reconstrucción virtual, aunque este tiempo puede variar dependiendo de los datos que se requieran para recrear el siniestro, si el hecho se registró en zonas rurales o urbanas y si hubo impacto en objetos.

Según Palacios, esta tecnología ya ha sentado jurisprudencia en el Ecuador: “En Riobamba, hace dos años, una ciclista murió en un accidente con un bus. Hicimos la reconstrucción virtual y se determinó que no hubo distancia prudencial entre el bus y la ciclista, hubo un roce lateral, cayó la ciclista a la calle y fue arrollada por el bus. Y esto lo tomó la Fiscalía. Mostramos la eficiencia del sistema”.

Pero este procedimiento no se realiza en todos los accidentes viales, ya que la Fiscalía debe pedir su aplicación. “Muchos fiscales no conocen aún que existe este sistema. Creen que es un software simple de animación. Además está el temor a la tecnología, muchos dudan de los resultados y si servirán como prueba ante un juez”, dice Palacios.

Para manejar esta herramienta, cien peritos han sido capacitados y están desplegados en las siete provincias en las que el tránsito está a cargo de la CTE. Aunque, según Palacios, la OIAT colabora con cualquier ciudad siempre que haya sido solicitado por Fiscalía. Al mes reciben de 70 a 80 pedidos de reconstrucciones.

En cambio, en la Autoridad de Tránsito Municipal de Guayaquil (ATM) se emplea la tecnología no solo para prevenir y registrar accidentes, sino para evitar agresiones o sobornos.

De Gaulle Hanze, jefe del Centro de Control Integrado de Tránsito y Transporte de la ATM, afirma que la instalación de 900 bodycam, desde junio del año pasado, mantiene un monitoreo constante de las labores de los agentes civiles de tránsito en las calles.

Su función es para poder tener transparencia... Además es un instrumento en el que se puede apoyar el agente si recibe agresiones por parte de un usuario”, dice.

La ATM monitoreo a sus agentes de tránsito con cámaras personales. Foto: Ricardo Zambrano

Los dispositivos transmiten en vivo y en el centro de monitoreo observan lo que pasa. El agente graba cada vez que detiene a un conductor. Si no lo hace, sería sancionado, agrega Hanze.

La grabación se puede activar desde el centro de control si el agente no lo hace. Con esto se acaba el tema de la coima. Ya tenemos casos de malos procedimientos con las cámaras por parte de los agentes y eso está en investigación interna”. (I)