Los sistemas de seguridad del centro de crianza Arnaldo Tupiza ubicado en la isla Isabela del Archipiélago de Galápagos serán mejorados desde mediados de enero.

La decisión la tomó el Parque Nacional Galápagos (PNG) luego del robo de 123 crías de tortugas que se dio en esas instalaciones en octubre pasado.

Según Jorge Carrera, director del PNG, se invertirán cerca de $ 20 mil para la adquisición de cámaras para vigilar a los quelonios las 24 horas del día en los tres centros de crianza manejados por el PNG.

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Además, se ubicarán rejas sobre los muros que rodean los corrales de las tortugas en el centro de Isabela.

“Lo implementaremos luego de la investigación previa. Fiscalía nos ha pedido que no hagamos cambios hasta que dure esta fase que terminará a mediados de enero”, dice Carrera.

El funcionario agrega que estas medidas reforzarán a las que ya se venían implementando. Afirma que todos los centros, incluido el Arnaldo Tupiza, cuentan con guardaparques y guardianía privada todo el día desde el 2010.

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Señala que entre 2014 y 2015 se realizó una evaluación en el centro de Isabela para detectar falencias. Las recomendaciones se dieron en torno al mejoramiento de la incubación, mantenimiento de las tortugas, mejorar el estado de salud de los animales, pero no se detectó que la seguridad sería un problema.

“A pesar de esa evaluación el Parque tiene vigilancia continua, privada, las 24 horas. Por eso es raro (el robo), porque teniendo guardaparques durante el día, guardianía, se pierden las tortugas. Fiscalía a recogido las versiones de guardaparques, funcionarios públicos y de los guardias privados. No se puede decir que no nos hemos preocupado por la seguridad”, sostiene Carrera.

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En octubre pasado se sustrajeron 123 crias de tortugas terrestres del centro Arnaldo Tupiza. Foto: Archivo

Sobre el robo, el funcionario indica que es la Fiscalía la encargada de investigar para dar con los culpables, pero que el PNG ha ayudado en todo momento: “Presentamos la denuncia inmediatamente que nos llegó el reporte. Participamos en allanamientos a embarcaciones en Puerto Villamil, a la embarcación de carga, pero no logramos encontrar nada”.

Sostiene que el guardaparque del centro Arnaldo Tupiza dio la alerta de la desaparición de los quelonios y que se siguieron los protocolos en estos casos.

“Hubo un cambio, el guardaparques titular estaba de vacaciones y el guardaparques, digamos, de reemplazo es el que informa la novedad al notar que faltaba una tortuga peculiar que tenía una lesión en uno de sus ojos. Luego se llama al titular y entre los dos guardaparques confirman el robo. Sin embargo, no se tiene una fecha exacta (de cuando sucedió el robo), ni si fue de día, en la tarde o la noche”.

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Una de las medidas internas que tomó la dirección del PNG fue cambiar al personal del centro. Las personas que fueron cambiadas son el guardaparque responsable y la directora tde la Unidad Técnica de Isabela.

“No es que los distingamos (al personal cambiado) como culpables del robo sino que fue para brindar a Fiscalía toda la libertad de levantar información. Hay que aclarar que no se los ha despedido a los compañeros sino que se los cambió a otras áreas, hemos rotado al personal”, dice Carrera.

Sin embargo, el asambleísta Washington Paredes asegura que el centro no contaba con medidas de seguridad. Indica que las puertas donde estaban las tortugas estaban sin candados y que los muros que rodean los corrales son tan bajos que una persona los puede pasar saltando.

Sobre este cuestionamiento, Carrera señala que ubicar candados en cada una de las jaulas donde están los quelonios que están bajo el programa de repoblación no es práctico: “Al estar guardaparques en el centro que tienen que medir y pesar a las tortugas y tener un sistema de guardianía privado el tema de los candados no era necesario”.

La noticia del robo se hizo pública después de una semana de presentada la denuncia en Fiscalía a través de una nota publicada por este Diario luego de una llamada anónima que denunció el hecho.

El director del parque sostiene que no emitieron un comunicado público de forma inmediata para no entorpecer la investigación que realizaba la Fiscalía en ese momento.

Las labores en del centro de crianza en Isabela no se han detenido. El programa de cría en cautiverio continúa y actualmente hay más de 500 tortugas a la espera de ser liberadas. (I)