Londres planea prohibir la publicidad de comida chatarra en su red de transporte público para enfrentar la obesidad infantil, que es una de las más altas de Europa, dijo el viernes el alcalde Sadiq Kahn.

Casi un 40 por ciento de los niños de entre 10 y 11 años en Londres tiene sobrepeso o son obesos, según una investigación compilada por el Parlamento británico.

"La obesidad infantil en Londres es una bomba de tiempo y estoy decidido a actuar. Si no adoptamos medidas audaces contra eso no estamos haciendo lo correcto por nuestros jóvenes, y además colocamos un enorme peso en nuestro ya saturado servicio de salud", declaró Kahn en un comunicado.

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La prohibición tendrá como blanco a minoristas de alimentos que ofrezcan productos considerados con alto nivel de grasas, sal o azúcar, como McDonald's.

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McDonald's ha peleado por largo tiempo contra la percepción de que alienta a los niños a comer en forma poco saludable. En 2011, ganó un juicio que le permite seguir incluyendo juguetes en sus Cajitas Felices.

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Coca-Cola y Pepsi enfrentaron cuestionamientos durante el mismo año tras la campaña estadounidense para crear conciencia sobre los posibles problemas de salud asociados con bebidas con azúcar.

La publicidad de alimentos y bebidas contribuyó con unos 20 millones de libras (27 millones de dólares) a los ingresos del sistema de transporte de Londres en el año financiero 2016-17.

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El Centro Nacional para la Investigación Social y para la Investigación del Cáncer en Reino Unido descubrió que la publicidad de alimentos no saludables, particularmente cuando es dirigida a los niños, crea una presión adicional en ellos y en sus familias en lo que respecta a elegir qué comer y beber. (I)