La oposición venezolana, dividida y con una crisis de liderazgo, deberá resolver si participa en las presidenciales del 22 de abril, unas elecciones que auguran más aislamiento internacional para el gobierno del presidente Nicolás Maduro y deterioro económico.

Los adversarios de Maduro recibieron como un mazazo la decisión del poder electoral de fijar la fecha de los comicios anticipados, tras naufragar en una negociación con el Gobierno para consensuar ese punto y las garantías del proceso.

“Somos como esos boxeadores que hemos recibido tantos golpes que estamos aturdidos”, admitió Julio Borges, jefe negociador de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que acusa el ente electoral de servir al Gobierno.

Publicidad

La MUD –que reúne a una treintena de partidos– está dividida por diferencias sobre la estrategia para sacar a Maduro del poder, un objetivo que tuvo un capítulo dramático en 2017 con protestas que dejaron 125 muertos.

Y también se la ve débil, con sus principales líderes inhabilitados políticamente para competir y la desconfianza de un sector por haber dialogado con un Gobierno al que tilda de ‘dictadura’. Justo la inhabilitación de líderes como Leopoldo López, con arresto domiciliario, y Henrique Capriles había sido uno de los impedimentos para llegar a un acuerdo.

Vea también: Gobierno y oposición de Venezuela no llegan a un acuerdo

Publicidad

Borges citó dos de los escenarios que analiza la MUD: “Cerrarse completamente y que los partidos y la sociedad venezolana” decidan no participar; o inscribir un aspirante único que desnude “todas las irregularidades” del proceso.

“Sin unidad estamos muertos. Podemos cometer el error más grande del mundo, pero si estamos unidos, ese error puede convertirse en un paso más. Podemos tener todos los aciertos del mundo, pero divididos esos aciertos no significan nada”, señaló el diputado

Publicidad

Analistas miran el participar en los comicios de diferentes ópticas y algunos están a favor y otros en contra. Sin embargo, una eventual participación de la MUD chocaría con la advertencia de varios países de no reconocer unas elecciones convocadas por la oficialista Asamblea Constituyente, que rige con plenos poderes y a la que consideran ilegítima.

CPI y rechazo

La Corte Penal Internacional (CPI) anunció, por su parte, la apertura de exámenes preliminares por “presuntos crímenes” de lesa humanidad a raíz de informaciones sobre el uso de “fuerza excesiva” de los cuerpos de seguridad venezolanos y el empleo “de medios violentos” por parte de manifestantes.

La fiscal general de Venezuela en el exilio, Luisa Ortega, quien demandó al Gobierno por este caso a la CPI, saludó la decisión del tribunal y afirmó que ella dio suficientes pruebas para sustentar el caso.

En tanto, la Unión Europea dijo que solo reconocerá unos comicios con “unas condiciones de participación equitativas, justas y transparentes”. Además analiza extender las sanciones a Maduro y a la petrolera estatal PDVSA.

Publicidad

El Gobierno de España mostró este jueves sus dudas sobre las condiciones en que se realizarán las elecciones para elegir a los presidentes en Cuba y Venezuela, en marzo y abril, respectivamente.

EE.UU. también criticó el adelanto de las elecciones por lo que estudia penalidades. Mientras, México se mostró preocupado por el posible aumento de sanciones internacionales por el negativo impacto que pudieran tener en la población venezolana.

El canciller chileno, Heraldo Muñoz, también reiteró que las elecciones no cumplen con las garantías mínimas.

22 de abril
Para ese día convocó las elecciones presidenciales el CNE, acusado de servir al oficialismo.

Desnutrición
Un informe de la FAO y la Organización Panamericana de la Salud indica que en 2017 en Venezuela fallecieron entre 5 y 6 niños semanalmente por falta de alimentación. Human Right Watch añadió que las condiciones de los centros de salud son graves. (I)