Kate Hamad no quiere salir de Ramala por temor a meterse en problemas, o incluso ser deportada, si es detenida en algún puesto de control israelí en las afueras de esta ciudad del territorio palestino autónomo de Cisjordania.

Israel le negó su pedido de renovación de visa hace tres meses, señaló esta norteamericana, a pesar de que su esposo palestino y sus tres hijos menores son residentes de Cisjordania. Apeló la decisión, pero no le han respondido. "Te sientes atrapada, asustada", expresó esta mujer de 32 años, de Grimes, Iowa.

Hamada es parte de un creciente número de extranjeros que están teniendo problemas para conseguir visas de Israel que les permitan entrar a la Margen Occidental del río Jordán, según funcionarios palestinos y abogados israelíes.

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Dicen que a lo largo del último año Israel ha hecho que resulte más difícil permanecer en Cisjordania con visas matrimoniales o de trabajo, lo que afecta a familias, universidades e incluso una escuela que enseña música clásica occidental a niños palestinos.

El Ministerio de Defensa israelí negó que haya restringido las visas, asegurando que cada solicitud es analizada en forma independiente. No respondió a pedidos de estadísticas.

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Visas temporales

El gobierno palestino, que administra el 38% de Cisjordania, no tiene autoridad para conceder la residencia sin el visto bueno de Israel. Como consecuencia de ello, miles de personas están en una situación incierta. Sus pedidos de visa son a menudo ignorados o rechazados, lo que los obliga a pedir visas temporales a Israel.

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“Siempre eres un visitante y debes implorar por tu status”, se quejó la californiana Morgan Cooper, de 36 años, casada con un palestino y a quien hace poco le renovaron su visa por seis meses.

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Los problemas para conseguir visas coinciden con un desvanecimiento de las esperanzas de encontrar una solución negociada a las disputas entre israelíes y palestinos. La decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel hizo que el presidente palestino Mahmoud Abbas suspendiese las negociaciones, al menos mientras Estados Unidos siga siendo el mediador.

Las visas para los esposos o esposas de los palestinos siempre han sido usadas como fichas en las negociaciones. Actualmente hay unas 25.000 solicitudes pendientes, de un total de 65.000 presentadas desde mediados de la década de 1990, según Walid Wahdan, del Departamento Palestino de Asuntos Civiles.

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Dijo que su departamento ya casi no procesa pedidos de “reunificación familiar” porque Israel se niega a recibirlos.

La abogada de inmigración israelí Leora Bechor dijo que en lugar de pedir la residencia, las personas casadas con palestinos generalmente reciben visas por un año renovables. Desde fines del 2016 ha habido indicios de que aumentaron los rechazos de visas o de que se conceden permisos por períodos más cortos.

Sostuvo que la política israelí viola normas internacionales, incluido el derecho de las familias a vivir juntas.

A los palestinos y sus esposas o esposos extranjeros a menudo se les presentan situaciones imposibles: la separación, la emigración o vivir en Cisjordania sin un status legal, lo que les complica las posibilidades de trabajar.

“Creemos que la razón de fondo es demográfica, se quiere crear una situación en la que los palestinos se ven obligados a irse”, dijo Bechor.

La familia de Hamad se radicó en Ramala en junio del año pasado tras vender su casa en Nueva Orleáns. El esposo de Kate Hamad, un ingeniero electrónico que pasa buena parte de su tiempo en Estados Unidos por trabajo, había podido hasta ahora conseguir la residencia de sus tres hijos en Cisjordania, pero no la de su esposa y de su hija mayor.

Kate Hamad dijo que en octubre Israel rechazó su pedido de visa porque su esposo no estaba en la Margen Occidental en ese momento. Indicó que su marido no puede dejar su trabajo y que incluso si viviese a tiempo completo en Cisjordania no habría garantías de que le darían la residencia.

Instituciones educativas afectadas

El Conservatorio Nacional de Música Edward Said indicó que seis de sus 20 profesores extranjeros han tenido problemas para conseguir visas y que a dos Israel les negó el ingreso. El director de la institución Suhail Khoury dijo que los trámites son “caóticos” y que las reglas cambian constantemente.

Afirmó que los profesores extranjeros son irremplazables y que la política israelí “compromete todo el sistema educativo”. En la Universidad Bir Zeit de Cisjordania 15 profesores extranjeros tienen problemas de visa, incluidos directores de departamentos, de acuerdo con la portavoz Tina Rafidi.

La Universidad Árabe-Estadounidense de la ciudad de Jenin se quedó sin su decano de la facultad de administración y sin un veterano profesor de inglés a los que se les negó la renovación de sus visas el año pasado, de acuerdo con el vicepresidente de la institución Zaki Saleh. “Estábamos buscando más profesores extranjeros, pero ahora hay muy pocas esperanzas de conseguirlos”, manifestó.

El empresario palestino-estadounidense Sam Bahour afirma que el problema es político, no técnico. "Esta agresión constituye claramente una nueva forma de presionar a la comunidad... para que la gente se vaya del país", sostuvo. (I)