El uso de efectivo o con depósitos en los bancos son los medios de pago que dominan los negocios en la feria ganadera de Santo Domingo realizada cada martes. Algunos utilizan cheques cuando son sumas mayores, concuerdan los ganaderos y comerciantes.

El dinero electrónico (e-dinero) no es una alternativa. Ni han abierto cuentas en el Banco Central del Ecuador (BCE) para su uso, opción disponible desde diciembre del 2014 tras la aprobación del Código Orgánico Monetario y Financiero por una mayoría de Alianza PAIS.

“Aquí pagamos con la palabra y el dinero contante y sonante”, dice Pedro Párraga, ganadero del recinto La 14 en la provincia de Manabí. Los comerciantes calculan que un vendedor promedio mueve en esta feria entre $ 4.000 y $ 10.000.

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“Si vendo 20 toretes a $ 500 cada uno, son $ 10.000 que me pagan, toda esa plata no es ganancia y por lo general me la depositan a mi cuenta. El precio de una res es de $ 400, la ganancia no supera el 10%”, asevera el comerciante César Peralta, por lo que le preocupa el cobro de una tasa por retirar más de $ 5.000 al mes.

El Ejecutivo planteó esa posibilidad en la Ley Orgánica de Reactivación Económica, como un incentivo para masificar el uso de medios de pago electrónicos. Se propone como un mecanismo de protección de la dolarización, un sistema monetario rígido, dice la exposición de motivos original del proyecto. Tras el envío al Legislativo, el régimen de Lenín Moreno aseguró que se excluiría del cobro a los sectores de la construcción, pesca y agricultura.

Con 71 votos, los asambleístas de AP aprobaron la norma el miércoles pasado sin esa disposición. Aquella mayoría tampoco dio paso a que el manejo de la llamada moneda electrónica pase a las instituciones financieras (bancos y cooperativas).

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Es una norma que puede tener el veto parcial de Moreno. De darse, la Asamblea tiene 30 días para allanarse a cambios o ratificarse con lo aprobado en el segundo debate. Para dar paso al veto parcial necesita el voto favorable de la mayoría de asistentes a la sesión. Y para imponer el texto que salió del Legislativo requiere de las dos terceras partes (91) de sus miembros. Si el pleno no se pronuncia dentro del plazo, se allana al veto.

El negocio del ganado demanda la movilización de dinero físico. Está el dueño del camión que transporta las reses, los vaqueros, la compra de insumos y de alimentos. Igualmente, el pago al menudeo reina en los mercados y en los locales de los barrios de las ciudades. “En eso estamos ciegos”, dice Ramón Murillo, dirigente de la parroquia Charapotó en Manabí, sobre el uso del dinero electrónico.

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Lo mismo dicen dueños de negocios en sectores como Monte Sinaí, Alborada, Sauces y Guasmo, en Guayaquil. La desconfianza está entre las razones, indica Frank Guijarro, dueño de una red de llanteras.

Él abrió una cuenta en el BCE para el cobro electrónico con el uso del celular en el 2015, pero desde entonces ningún cliente ha pedido cancelar con ese medio: “Si vienen hoy a pagarme así, no aceptaría porque ya me olvidé cómo proceder y nunca les pregunté a mis proveedores si yo podía hacerlo”.

“No confío con eso de abrir cuenta en el Banco Central, por eso pago en efectivo y a veces con tarjeta de débito cuando no puedo sacar”, dice Katherine Alcívar, de 26 años, una vendedora de ropa por catálogo.

Desde diciembre del 2014 se han abierto 402.515 cuentas en el BCE. De estas, 41.966 fueron usadas para adquirir bienes y servicios y el pago de trámites. Y 76.105 realizaron cargas y descargas de dinero.

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Sin embargo, según el BCE, hay 286.207 cuentas (71,1%) que no han sido utilizadas. La entidad argumenta que “el uso de un nuevo medio de pago siempre conlleva un proceso de maduración”. Y que en el tercer año se ha conseguido cuadruplicar el monto transaccionado entre el 2015 y el 2016. “Esto implica que comienza a tener aceptación”, señala la entidad.

Estas cuentas movieron $ 57’936.236 desde enero del 2015 hasta el 19 de noviembre pasado. Un incentivo de uso lo da la devolución de dos puntos porcentuales del IVA, opción vigente por ley desde mayo del 2016. Hasta el 19 de noviembre se han devuelto $ 6’510.281 por este concepto.

Desde abril pasado se pueden cancelar las cuotas o el saldo de las tarjetas de crédito con el e-dinero, por lo que se han transaccionado $ 65.183 más. Y desde el último trimestre del 2015 se movieron $ 490.351 por recargas telefónicas.

Juan Pablo Guerra, presidente de la Asociación de Organismos de Integración del Sector Financiero Popular y Solidario (Asofipse), considera que el concepto de dinero electrónico tuvo un origen negativo en el Gobierno anterior al determinar en la ley, por ejemplo, el término de moneda electrónica: “Para mí, debería llamarse medio de pago electrónico y el mecanismo debe ser administrado por el sistema financiero”.

La motivación para su uso, agrega Guerra, puede venir acompañada de una política de educación financiera, pero siempre y cuando el manejo pase a los bancos y cooperativas, como fue el acuerdo con Moreno en las mesas de diálogo.

El BCE indica que alrededor del 40% de la población nacional está bancarizada. El grueso de los que están fuera del sistema financiero está en las zonas rurales, cubiertas principalmente por las cooperativas y mutualistas.

“Tenemos más de 2.500 puntos de atención en todo el Ecuador en zonas donde a nadie le ha interesado entrar, áreas donde tenemos que salir tres horas para buscar a alguien que nos dé dinero físico”, indica Guerra, por lo que allí está la potencialidad del pago electrónico con el uso de celulares. (I).

Queremos efectivo. Nos dicen que usemos dinero electrónico para que no haya robo, pero igual se van a dar, los ladrones se saben todas las mañas”.Katty Alcívar, Comerciante