Una vez que prescribió su condena por terrorismo y sabotaje, Pablo Guerrero Martínez regresó al país luego de un exilio de siete años en la República Checa, que le concedió el estatus de asilado político. Fue procesado y sentenciado por su participación en la toma de Ecuador TV por parte de opositores al gobierno de Rafael Correa, durante la insubordinación policial del 30 de septiembre del 2010 (30-S). Ahora trata de retomar su carrera como abogado y activista del liberalismo.