El movimiento de gobierno Alianza PAIS (AP) se inclinó por Lenin Moreno y Jorge Glas como el binomio presidencial que buscará llegar al Palacio de Carondelet, en los comicios de febrero del 2017. Esta decisión se tomó en medio de un reclamo a las organizaciones sociales afines, y un pedido de “lealtad”, pronunciado ayer por el presidente de la República y también de dicha organización, Rafael Correa.

Luego de diez años de mandato, por primera vez, Correa ya no levantaba el puño junto a un binomio. Solo miraba, desde atrás de una mesa, la euforia de Moreno y Glas, tras ser proclamados como candidatos a presidente y vicepresidente, respectivamente, en su quinta convención nacional, que se realizó ayer en el estadio del Aucas en Quito, a la cual asistieron cientos de militantes traídos desde provincias.

En la cancha, tres pantallas gigantes, una tarima sobre la que se ubicó a la mesa directiva y en un podio, a las 11:50, Correa propuso formalmente como el candidato a la Presidencia a Moreno, quien fue vicepresidente y hoy enviado especial de las Naciones Unidas para las personas con discapacidad.

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En un discurso de 40 minutos, que aseguró será el último como mandatario, se mostró disgustado por las exigencias de ciertos grupos.

“Hemos visto una supuesta coalición de organizaciones sociales, ¡vaya nombrecitos! que quieren adueñarse de nuestros candidatos y más tarde del Gobierno. Proponen un gobierno de organizaciones sociales, pero debemos poner un alto a su discurso, de que hay que superar los grandes errores, o de ‘continuismo sí, pero sin los mismos’. Con ello solo le dan de comer a la derecha y a la prensa corrupta”, expresó.

Por ello pidió “renovar el pensamiento, la estrategia, hablarle al público, a la nueva clase media”; y además, tener una “unidad parlamentaria” que les permita gobernar y un “vicepresidente absolutamente leal, convencido y comprometido”.

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El acto empezó a las 10:00 y se extendió por tres horas. Fue retransmitido por los medios gubernamentales, los canales incautados TC y GamaTV.

La militancia gritaba con insistencia ‘una sola vuelta’, a la vista de la mesa directiva, en la que estaban Doris Soliz, secretaria de AP; Fander Falconí, coordinador de Relaciones Internacionales; Glas y Correa, quienes lucían sus camisas verdes. Pero Lenin se diferenció, usando una camisa blanca.

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Una imagen con la frase de campaña: ‘Lenin-Jorge, unidos somos invencibles’, y así Moreno se dirigió a la multitud reconociendo: “Hay duras e implacables sentencias para aquellos que crean que la deslealtad puede ser un camino”.

Relató momentos de su vida dirigiéndose a su padre, Servio Moreno; y a las 12:05 aceptó ser el candidato, con dos condiciones: que “sigan caminando juntos hasta el final”.

Y que, “si surge algún escollo o distanciamiento, con generosidad, solidaridad, lo superen y vuelvan a abrazar al compañero, ¡porque el camino es duro, duro, duro!”.

Sus primeros ofrecimientos apuntaron a dar una pensión digna para el adulto mayor, impulsar el emprendimiento para los jóvenes, “saltar a la matriz productiva”, solucionar con la reforestación la deuda con la naturaleza y que los estudiantes puedan decidir sobre su formación universitaria.

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Para esto necesita que lo acompañe la lealtad, y entonces nombró a “Jorge, el de las hidroeléctricas”.

Glas lo abrazó y se comprometió a ser su compañero y amigo. Su discurso fue corto. Incluso, la militancia empezó a dejar vacío el estadio. Cayó un aguacero y el evento acabó.

Antes de a estos discursos, en una breve votación en la que pocos adherentes levantaron unas tarjetas azules, se aprobó el Plan de Gobierno que ahora tiene doce ejes. 

POPULARIDAD DE MORENO

El exvicepresidente capta un 49% de la intención de voto frente a 16% de Guillermo Lasso, quien sería su principal contendor, de acuerdo al sondeo más reciente de la empresa Perfiles de Opinión.

"Vamos a ganar las próximas elecciones en una sóla vuelta", expresó la secretaria ejecutiva de AP, Dorís Solís, en una arenga ante miles de simpatizantes que repletaron el escenario de fútbol.

La aceptación de Moreno le podría llevar a ganar en una sola vuelta (para lo que se requiere al menos un 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos) como lo hiciera Correa en 2013, cuando obtuvo 57% contra un 23% de Lasso.

Paulina Recalde, directiva de la encuestadora, dijo a la AFP que a Moreno le favorecen otros "elementos" dentro de los sondeos, al ser considerado el que tendría un mejor manejo de la economía, generaría más empleo, reforzaría la seguridad y ampliaría la lucha contra la corrupción.

"Hay una suerte de idealización de la imagen de Moreno que hace que la ciudadanía le asigne esta potencialidad de generar una buena gestión. Capta la intención de voto incluso de aquellos que no están 100% satisfechos con la gestión del gobierno" de Correa, añadió.

"Es difícil pero no improbable dada la división de la oposición", dijo el politólogo Simón Pachano a la AFP, apuntando que al oficialismo "le favorece enormemente la división en la oposición y, sobre todo, una división que está dada por términos ideológicos y regionales (de la costa y la sierra)".

El catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Ecuador señaló que Moreno trataría de hacer un gobierno "relativamente diferente" al de Correa aplicando "algo más de apertura en lo político, eliminando ciertos aspectos que son claramente represivos y autoritarios de este gobierno".

"Pero en lo económico, cualquiera de los gobiernos que venga estará obligado a tomar medidas de ajuste fuertes" en medio de los problemas generados por la caída del precio del petróleo y la apreciación de la moneda estadounidense en la dolarizada economía ecuatoriana, estimó Pachano.

ÚLTIMA CONVENCIÓN DE CORREA

El movimiento creado por Correa cuenta con alrededor de 1,4 millones de afiliados y es la principal fuerza política de Ecuador, que desde 2013 incluso controla la Asamblea.

"Esta es mi última convención como presidente de la república. En la revolución todos debemos ser necesarios pero nadie debe ser imprescindible. Los revolucionarios no empezamos ni terminamos con un cargo público", dijo el gobernante, con un 58% de aceptación.

Correa, quien asumió la presidencia en enero de 2007 y fue reelegido dos veces, había desistido de intervenir en los próximos comicios para el período 2017-2021.

"Estoy seguro que de ser candidato los derrotaría nuevamente: hay legado, hay conciencia, hay una Patria nueva. Pero mi decisión está tomada. Tengo una deuda con mi familia, y, sobre todo, existen valiosos cuadros de AP que pueden tomar la posta", expresó hace un mes.

Correa, cuya esposa es belga y sus dos hijas mayores estudian en Francia, planea irse a vivir en Europa, por motivos familiares y académicos. (I)