Dubái, Cuba y Estados Unidos (sobre todo Florida) son algunos de los destinos que determinadas compañías están ofreciendo a través de las redes para ofertar paquetes de vacaciones e inmunización. Ofrecen viaje, alojamiento de lujo y una vacuna contra la COVID-19. Ningún organismo oficial avala este procedimiento y su legalidad se ha puesto en cuestión. ¿Se debe regular o prohibir esta clase de “turismo”?

María del Ángel Iglesias, docente de Derecho de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), y Luis Cerdá, experto en investigación de mercados y académico de esa misma entidad de España, especializada en la educación en línea, analizan esta situación desde dos aristas distintas.

En Estado Unidos, donde el ritmo de vacunación avanza de forma rápida y eficaz, algunas ciudades y estados están permitiendo la vacunación sin restricciones e incluso la ciudad de North Miami Beach invita a que los turistas internacionales viajen viajar al sur de Florida para recibir la inyección. Foto: EFE

Luis Cerdá: Estrategias de las empresas

1. ¿Qué tan común es esta estrategia en el mundo? ¿Hay alguna región o continente donde es más común? ¿Por qué?

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Con ritmos de vacunación a distinta velocidad en el mundo, diversos países y varias regiones y ciudades apuestan por la llegada de turistas mediante la obtención y aplicación de la dosis contra el coronavirus. Las restricciones a la movilidad impuestas en la mayoría de los países han puesto el foco de atención sobre la importancia de reactivar el turismo con esta estrategia y, puesto que no todos los países tienen el mismo acceso a las vacunas ni pueden administrarlas al mismo ritmo, algunos países han encontrado una vía para recuperar turistas, incluso con el objetivo de vender la vacuna a todo el que quiera.

Aunque hay ejemplos de este turismo de vacunas o vacunación a nivel global, lo cierto es que casi todos los países del mundo, las ciudades y provincias –en mayor o menor medida– se están embarcando en esta estrategia (como, por ejemplo, una variante como el denominado “turismo de borrachera” en Madrid, única ciudad europea que actualmente no tiene restricción a la llegada de turistas extranjeros y que, incluso, se ha promocionado en esta Semana Santa con una campaña mediática a favor la libertad de circulación de los ciudadanos). Así mismo, dentro de los países –como ocurre actualmente en Texas, Luisiana y Arizona, en Estados Unidos–, algunos lugares no están exigiendo ciudadanía estadounidense o residencia para recibir la vacuna.

En general, destinos turísticos donde impera el lujo han salido beneficiados de la pandemia: lugares exclusivos con pocos visitantes y aislados, o países remotos como Maldivas, cuyo Gobierno promociona vacaciones libres de covid en un entorno de islas de coral ocupadas exclusivamente por resorts de alta gama. En este sentido, se informa que turistas de cualquier parte del mundo son bienvenidos al país, con el único requisito de presentar una PCR negativa y pagar entre 7.800 y 20.000 dólares, precio que cuesta una semana (todo incluido) en alguno de los resorts.

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Como se puede entender y es fácil apreciar, el motivo de esta apertura al turismo es económica: casi el 30% de la economía del país depende del turismo como recurso económico esencial.

2. ¿Cuáles fueron los primeros países o destinos que se lanzaron con esta estrategia?

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A pesar de la controversia sobre los diferentes planes de agencias turísticas que ofrecen vacunación en países como Emiratos Árabes Unidos para élites adineradas del Reino Unido, el turismo médico ha existido desde antes de la pandemia. En España, por ejemplo, hace años se comprobó, en las listas de espera para trasplantes de riñón en la Comunidad de Madrid, un aumento inusual de ciudadanos de origen de Europa del Este, como operación de turismo sanitario ilegal con fraude a la Seguridad Social.

Cuba tiene mucha experiencia con el turismo sanitario; tradicionalmente, muchos extranjeros han acudido a la isla para someterse a tratamientos dentales o de retina. Otro país con experiencia en turismo de salud es Costa Rica, donde también se viene estudiando la posibilidad de ofrecer próximamente vacunas de forma privada a turistas que decidan visitar el país centroamericano. Incluso Rusia pretende poner en marcha en julio del 2021 un plan en el que todos los ciudadanos rusos pueden optar a la vacuna, así como todo extranjero que quiera y cuente con un permiso de residencia en el país, beneficiándose de que la Sputnik V fue una de las primeras vacunas que se aprobó en el mundo, justo cinco meses después de que se declarara la pandemia de COVID-19 por la OMS.

Junto a Cuba, Estados Unidos –Florida, sobre todo– o Emiratos Árabes Unidos, hay iniciativas privadas que organizan ya desde hace meses paquetes de estancia más vacuna por un precio en torno a los 50.000 euros. Entre los principales destinos con este tipo de viajes planificados se encuentran Serbia, otros países del golfo Pérsico y la India, básicamente.

3. ¿Qué valor agregado involucraron esos destinos para lucir más atractivos?

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A lo largo del tiempo, las acciones comunicativas respecto de la pandemia han ido cambiando; aunque, en todo caso, siempre han estado vinculadas a un valor importante a transmitir: la seguridad.

La insistencia en la seguridad (“destino seguro”) y en la certificación en protocolos “covid-free” han sido argumentos de venta importantes en los últimos meses para los destinos turísticos. Sin embargo, en este momento –en que ya existen vacunas y hay bastantes en fase de lanzamiento–, el avance de la campaña de vacunación es una estrategia de marketing social especialmente efectiva: por ejemplo, informar sobre corredores seguros en zonas turísticas con baja incidencia de la COVID-19 y el uso de test.

En particular, un equipamiento de serie con los servicios que los visitantes precisan en momentos de crisis sanitaria y un mayor compromiso afectivo con sus clientes, son mensajes oportunos y de especial relevancia. Así, los destinos afectivos son los más efectivos: divulgar los procesos progresivos de mejora en el bienestar de residentes y turistas modifica positivamente la percepción de los consumidores y ciudadanos.

Con un esfuerzo añadido, el sector puede generar con sus acciones de comunicación un afecto global hacia sus turistas, mediante nuevas funciones y comunicaciones más transparentes.

4. ¿Qué características (positivas o negativas) tienen los países o destinos que se han lanzado a ese mercado?

Cada vez son más los destinos turísticos que se encaminan hacia la estrategia de desarrollo del turismo de vacunas. Haciendo énfasis en las características que convierten a una zona o lugar en un destino seguro y susceptible de llegar a ser un destino turístico de vacunación, algunas de las más relevantes –aunque no esenciales– son las siguientes: 1) compatibilidad con los medios de transporte individuales o poco masificados; 2) adaptación de alojamientos para turistas con bioseguridad, como fácil desinfección, ampliación de espacios comunes, reducción del número de mesas en comedores y aplicación de desinfectantes a las superficies; 3) incorporación de nuevas tecnologías para disminuir el contacto entre personas (menús y cartas digitales para evitar la manipulación entre comensales o tarjetas de crédito /débito digitales, u otros medios de pago remoto); 4) aplicación de políticas de cancelación más flexibles, para reprogramar viajes; 5) infraestructuras hospitalarias para manejar cualquier crisis sanitaria imprevista que se pudiera generar y demostrar capacidad para monitorear a la población mediante pruebas diagnósticas a gran escala, trazabilidad de pacientes e implementación de medidas correctas de aislamiento; y 6) disponer de estadísticas y registros de acuerdo con los organismos internacionales.

Entre algunas de las características definitorias de los países que se han embarcado en prácticas de turismo de vacunas destacan, fundamentalmente –con sus luces y sus sombras, esto es, tanto con rasgos positivos como negativos– las siguientes: 1) ser entornos muy dependientes del sector turístico, que genera gran parte de la actividad económica y comercial, y con tradición y larga data en el desarrollo de la actividad turística; 2) representar miles de empleos ocupados directa o indirectamente en el sector turístico; y, 3) disponer de agentes, grupos de interés y operadores con poder e influencia sobre las autoridades públicas y los gobiernos, que toman decisiones al respecto para diseñar e implementar esta estrategia turística.

5. ¿Existe algún país o destino que puede considerarse un modelo a seguir por su creatividad en estas acciones? ¿Hay algún caso concreto especialmente positivo?

Al margen de países adelantados en vacunar a su población –como Israel, Mónaco, Gran Bretaña o Chile, por citar solamente algunos–, un caso interesante es el de Serbia: muchos extranjeros se vacunan en Belgrado y el país ha superado en vacunaciones a países más avanzados económicamente, como Alemania, Francia o España. Esta ventaja se da tras años de cortejos geopolíticos por parte de Rusia, China y la Unión Europea, lo que ha permitido a Serbia contar con cargamentos de vacunas rusas, chinas y europeas. Un “marketing de vacunas” como este va más allá de la filantropía: el Gobierno del país pretende reorganizar su imagen y alianzas y esconder cierta deriva antidemocrática. Es más: se han ofrecido por parte de Serbia cargamentos de dosis a sus vecinos de Bosnia, Macedonia y Montenegro, donde todavía no habían podido comenzar sus planes de vacunación ante la falta de dosis.

Pese a ello, a Serbia aún le queda un largo camino por delante para conseguir la inmunización total de su población. Parece que la prioridad es organizar una campaña para la vacunación de su propia población y luchar sistemáticamente contra las posturas antivacunación de ciertos colectivos.

6. ¿Existe algún caso concreto también sobre repercusiones negativas?

A pesar de que Florida fue uno de los primeros destinos de turismo de vacunación –o quizá por eso–, también lo ha sido por ciertas repercusiones negativas; al menos, en términos mediáticos. Con un 19% de personas totalmente vacunadas en la actualidad (primera semana de abril del 2021), y con personas de todo el país norteamericano e incluso de otros países –en las redes se podían visionar videos de personalidades relevantes o ciudadanos argentinos, mexicanos o peruanos recibiendo la vacuna–, todo esto han sido argumentos suficientes para que las autoridades estadounidenses pusieran freno a este tipo de turismo, mediante el requerimiento de un documento de residencia en el estado para recibir la inoculación.

Asimismo, efectos negativos como el “efecto llamada”, “los privilegios de unos pocos” (las vacunaciones del español emérito Juan Carlos, y sus hijas, de amplia repercusión mediática, por ejemplo), o la exigencia europea de fijar un “pasaporte de vacunas” para viajar, pueden convertirse en motivos importantes a tener en cuenta en el balance negativo del turismo de vacunas, como estrategia de marketing de ciertos lugares y destinos turísticos.

7. ¿Qué estudios o investigaciones ha realizado para haber analizado con profundidad esta estrategia turística?

En el curso de mi actividad académica y profesional, ya desde 2007 he desarrollado líneas de investigación y publicaciones acerca de la importancia del turismo médico y su impacto en la actividad económica de regiones, países y ciudades, en general; y del de vacunas, en particular; por ejemplo, en una zona de especial significación como el cluster de servicios médicos en la frontera entre San Diego y Tijuana (entre Estados Unidos y México).

En la actualidad, son diversas las fuentes que permiten apreciar la relevancia del turismo de vacunas a lo largo y ancho del mundo. Los medios periodísticos y de comunicación se han hecho eco en los últimos meses del fenómeno, contribuyendo a su amplia difusión. Al mismo tiempo, las estrategias de marketing social y de comunicación de los gobiernos de los países, las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y organismos y asociaciones públicas y privadas, institutos de investigación, departamentos de universidades y agrupaciones empresariales y sindicales, entre otras instituciones, ofrecen muchos estudios sobre la importancia cuantitativa y cualitativa del turismo de vacunas.

Cabe intuir que en el futuro este tipo de turismo seguirá adquiriendo relevancia, fundamentalmente por los efectos de todo tipo a medio y largo plazo y las repercusiones en todos los órdenes –económico, social, político, tecnológico, medioambiental…– que esta estrategia y práctica turística puede representar.

María del Ángel Iglesias: Conflicto legal

1. ¿Qué conflictos éticos ha despertado esta estrategia y cómo se han venido resolviendo en los destinos involucrados?

Menciona la palabra ética y es que, en efecto, habría que distinguir, en esta cuestión, lo legal de lo ético. Siempre ocurre que, en primer lugar, aparece el hecho y después el derecho que lo regula. Hoy por hoy, no puede decirse, en general, que sea ilegal, en el sentido de que no hay norma ad hoc que lo impida. En particular, sí parece que va intentando ponerse freno mediante la imposición de condiciones; pero estaríamos hablando de lugares muy concretos, casos particulares.

Por lo tanto, nos movemos en un terreno más de la moral que del Derecho. De hecho, existe un Código ético de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y una Convención Marco de la OMT sobre Ética del Turismo. Con estos dos textos podríamos extraer algunas conclusiones precipitadas o cuanto menos no aplicables a mi entender a la situación provocada por el COVID-19.

En el momento actual, tanto en el país de destino, como en el de procedencia, se necesitan las vacunas para intentar detener esta pandemia, por lo que el desplazamiento supone privar (o cuando menos, retrasar) a alguna persona del lugar de destino, la posibilidad de vacunarse. Estamos hablando de una asignación justa de recursos.

En el hipotético supuesto de que en un país estuviera todo el mundo vacunado y tuviera sobrantes podría pensarse no ser amoral, pero el coste del desplazamiento, per se, abriría una brecha entre el pudiente y el que carece de recursos.

Por otra parte, habría que analizar la fuente de la vacuna: ¿es el Estado el que lo ofrece? ¿son determinadas empresas (agencias de viaje)? En este segundo caso, nos podemos plantear si hay seguridad de lo que le va a ser inoculado y de otra ¿cómo es posible que una compañía asegure la vacunación? ¿es que han hecho aprovisionamiento? ¿qué clase de contrato es el que ofrecen? ¿cómo podría defenderse el consumidor?

Ello, cuando menos, parece un tanto extraño y, además, podría fomentar la aparición de mafias o grupos, malas prácticas, en definitiva.

A lo anterior ha de sumarse el hecho de que hay fronteras de estados cerradas o al menos adonde solo se podría viajar por motivos esenciales, lo que da para pensar también respecto de las malas prácticas que he mencionado. Se han cerrado en beneficio de todos, en una respuesta conjunta: ¿se abrirían para unos pocos privilegiados?

En general, la respuesta a ¿cómo se han venido resolviendo en los destinos involucrados? sería la de la ausencia -en estos momentos, reitero- de una pauta común, por lo que la resolución es particular respecto a quienes abren la posibilidad a que se llegue a esos destinos.

2. ¿Hay algún destino en particular donde se ha hecho más presente este conflicto?

Parece ser que van creciendo los destinos. Si en un primer momento, salieron a la luz Rusia o Turquía, conocemos que a estos se han sumado los Estados Unidos, Cuba, Dubái o un club de élite del Reino Unido, agencias que ofertan este tipo de turismo desde la India... En fin, como decía, parece que el fenómeno se extiende. Estados Unidos o Dubái son países que aparecen más en los medios, pero el resultado real es complejo de señalar, pues depende de la apertura informativa de cada uno. No creo que podamos conocer con exactitud estos datos.

No olvidemos que las fronteras no están abiertas, aunque el concepto de “viaje por motivos esenciales” al no estar delimitado con claridad, dejaría una puerta abierta.

3. ¿Existe algún caso ejemplarizador o modelo que exhiba la connotación ética de esta estrategia?

Tenemos declaraciones en la OMT sobre esta práctica contraria a los principios éticos de esta clase de turismo, y opiniones particulares en diversos Estados. En cualquier caso, antes he mencionado que el hecho de hacer negocio en destinos cuya población no ha recibido la vacuna pone en peligro el derecho a la salud de sus ciudadanos que esperan, con la vacuna, alejarse de la sombra del contagio por el COVID-19. No debería permitirse en tanto la situación persista. Personalmente me parece cuestionable éticamente hacer dinero a costa de atentar contra un derecho humano, el de la salud.

La solidaridad es lo que debería estar más presente en estos momentos. Por lo tanto, ¿no se podría, como alternativa, enviar las vacunas “sobrantes”? Si dejamos, reitero, que el negocio sea quien guíe, solo se demostrará, una vez más, la falta de solidaridad y, en general, una concepción injusta de la distribución de recursos necesarios.

4. ¿También puede llevarse al plano legal?

Parece ser que en algunos estados de los Estados Unidos se requería demostración de un vínculo, laboral o de residencia para los extranjeros. No se trata de norma para todo el país, sino para determinados estados. Después, según los medios, se ha abierto la posibilidad, siempre y cuando exista la posibilidad de entrada en el país, sea Estados Unidos u otro.

5. ¿El turismo de vacunas puede ayudar a paliar la pandemia?

El parámetro principal sería el de la no afectación al derecho de los ciudadanos o residentes habituales del país de destino, me refiero a lo que antes señalé: el derecho humano a la salud y, junto a ello, la distribución justa de recursos.

El turismo médico, como tal, no es algo nuevo, pero sí las circunstancias. Por ofrecer un escenario, en la Unión Europea se reguló este tipo de turismo dadas las divergencias entre sistemas sanitarios (universales o no) mediante la adopción de una directiva. También es conocido el turismo bucodental. Pero se trata de escenarios distintos en esencia del que tratamos ahora.

Reitero que en el hipotético caso de que un estado tuviera excedentes y a toda su población vacunada, aún podría ponderarse, pero aún quedaría por resolver el problema de quienes no ostentan una posición económica que les permita viajar para vacunarse.

No puede negarse que, mientras más gente esté vacunada, menor será el riesgo: esto parece ser un hecho, por lo tanto, sí paliaría, pero con un coste moral muy alto, a mi juicio, indeseable.

6. ¿Qué conclusiones pueden generarse a partir de los casos conocidos, como Miami o los tours de vacunación hacia Dubái, Rusia o Cuba?

De momento, la principal conclusión es el rechazo de la OMT, por ejemplo, o de otros colectivos, por no considerarlo ético. (I)