Los turistas de los países más desarrollados del mundo suelen viajar miles de kilómetros en avión para vivir experiencias únicas de contacto con la naturaleza. Los ecuatorianos podemos disfrutarlas dentro de nuestro biodiverso territorio que, el caso de Chillanes, nos permite encaramarnos en las montañas para presenciar cómo las nubes forman una especie de colchón bajo nuestra mirada, como si este paisaje del sur de la provincia de Bolívar nos invitara a elevar nuestro sueños hasta el cielo durante un descanso profundo y relajante.