En marzo de 2021, el cofundador y director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, vendió el primer tuit que se publicó por 2,9 millones de dólares. El mensaje “Configurando mi cuenta Twttr” (Just setting up my twttr, en inglés), que el propio Dorsey escribió en 2006, fue adquirido por el empresario Sina Estavi.

Esta venta fue posible gracias a la aparición de un nuevo formato digital: el NFT, siglas en inglés de la expresión token no fungible, el cual permite asociar a cualquier objeto virtual (una imagen, una foto, una animación o video) un certificado de autenticidad que lo convierte en una pieza única. Este certificado está basado sobre tecnología blockchain y es inviolable, no se puede duplicar.

Esta plataforma de eco-NFT busca apoyar a los artistas ecuatorianos a incursionar en el mercado digital

En ese mismo año, la casa de subastas Christie’s vendió por más de 69 millones de dólares una pieza digital basada en NFT. La obra es Everydays: The First 5000 Days (’Todos los días: los primeros 5.000 días’, en español), un colaje de 5.000 imágenes recopiladas en trece años por un artista. Otro caso es el de la colección de mil selfis de un joven indonesio que se vendió por más de un millón de dólares. Todas estas transacciones no se pagaron en dólares, sino en ethers, la segunda criptomoneda más popular en el mundo detrás del bitcoin.

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Expertos afirman que los NFT abren una nueva puerta para los negocios. Artistas o empresarios han ganado cantidades importantes de dinero a través de estos “coleccionables”. Pero ¿qué son realmente? En el sistema jurídico existen bienes fungibles y bienes no fungibles. Los bienes fungibles son los que pueden intercambiarse, teniendo un valor en función de su número, medida o peso. Y los bienes no fungibles son los que no son sustituibles.

Un ejemplo de bienes fungibles es el dinero. Si tienes un billete de 10 dólares, este es un bien fungible, ya que se puede intercambiar sin problemas por otro billete de $ 10, no pierde valor y es exactamente igual. Además, este billete se consume cuando lo utilizas.

En tanto, un bien no fungible sería una obra de arte. Un cuadro no se consume al utilizarse y tampoco puede ser sustituido por otro cuadro. Una obra de arte no es equivalente a otra y, por lo tanto, no se pueden intercambiar.

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Su relación más íntima con las criptomonedas se basa en que están desarrollados sobre la misma tecnología que las cripto. Por ejemplo, los estándares que se utilizan para crear los NFT funcionan y se operan en la misma red que la criptomoneda Ethereum. Además, lo más común es que estos NFT, dado que son digitales y se guardan en los mismos address (direcciones) que las criptomonedas, se paguen con criptomonedas. Tanto los NFT como las criptomonedas están dando lugar a modelos económicos nuevos”, dice Salvador Casquero, profesor del título Experto Universitario en Desarrollo de Aplicaciones Blockchain de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Estos nuevos modelos económicos son programables, colaborativos y optimizados, lo que hace que los precios de los NFT alcancen cifras millonarias. Aunque también es esencial para el precio el aumento exponencial de la demanda y de la especulación.

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Para Casquero, este tipo de tókenes abre posibilidades que todavía no han sido exploradas: “Pongo un ejemplo: imaginen un NFT que da acceso, membresía, a un club exclusivo. Los poseedores de estos NFT tienen acceso prioritario al club, sin esperar colas; tienen siempre mesa disponible para reservar y disfrutar de un descuento del 10 % en todas sus consumos. El club puede ir dotando de valor al NFT, de beneficios a sus poseedores, que estarán dispuestos a comprar el NFT. Algo de esto ya se hace con los NFT de Bored Ape Yacht”.

Algo que también comparten los NFT con las criptomonedas es la volatilidad, indica Gabriel García, experto en informática. Hay muchos NFT, según el experto, que no tienen ningún sentido y cuyo valor viene determinado exclusivamente por el deseo de la gente de poseerlo y por el hype (expectativa, emoción o exageración) que se ha creado.

¿Qué son los NFT? El último intento por poner puertas al campo de internet

Y esto es confirmado por un estudio publicado, en marzo pasado, por Bloomberg, donde se afirma que las ventas de los NFT han caído un 67 % en OpenSea, principal sitio para comprar y vender estos activos.

Se analizaron 8.400 colecciones que tenían un total de 19,3 millones de NFT. El estudio concluye que uno de cada tres NFT no tiene ningún valor en la actualidad. Por otro lado, otro tercio vale menos del costo original, generando pérdidas para los emisores de estos activos.

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Otro problema que no vieron los NFT en su creación es la enorme especulación. Según la empresa de datos de blockchain Chainalysis, muchas personas compran sus propios tókenes para subirles el precio en una práctica conocida como wash trashing. A menudo, dichos NFT resultan una estafa, ya que no tienen ningún valor real y solo se buscan potenciales inversores para vender rápidamente el activo con un precio alto, similar a una estafa piramidal.

Lo primero que hay que hacer es saber qué NFT quiero comprar, qué sentido tiene, entender el proceso de compra y mirar los marketplaces donde se venden comparando precios y, sobre todo, viendo las garantías que ofrece el marketplace. Otro detalle importantes es conocer el interés real por el NFT que se desea adquirir, ver qué medio de intercambio se utiliza, dónde se guarda el NFT adquirido y la seguridad que tiene el wallet donde se aloje y qué mercado de venta existe por si, en un momento dado, se quiere revender el NFT”, recomienda Casquero.

Compra y venta de NFT en Ecuador

Aunque este mercado todavía es muy nuevo en el país, ya existen espacios y plataformas que permiten comprar y vender NFT creados por artistas locales. En noviembre de 2021, la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE) desarrolló la primera galería de arte digital NFTs Exhibition valorada en aproximadamente 160 millones de dólares.

Este espacio contó con obras digitales de artistas ecuatorianos y del extranjero. El periodo de exposición fue de un mes y posteriormente las obras digitales fueron presentadas en la plataforma UIDEPlay, para permitir recorridos virtuales.

En tanto, la plataforma eco-NFT, desarrollada por Capitalika, permite vender y comprar este tipo de activos no fungibles, pero que tienen un 99 % más de eficiencia que los NFT normales, ya que generan solo 1 % de contaminación (en los últimos meses de 2021 se utilizó ocho veces más energía para llevar a cabo transacciones por blockchain).

En tanto, la plataforma eco-NFT, desarrollada por Capitalika, permite vender y comprar este tipo de activos no fungibles, pero que tienen un 99 % más de eficiencia. Foto: Captura de pantalla

En este espacio, los artistas ecuatorianos pueden exponer sus obras sin costo alguno y de esta forma realizar negocio de compra, venta y subasta con los debidos certificados de legitimidad.

Hasta marzo pasado, la plataforma tenía registrados en su marketplace obras de 18 artistas ecuatorianos en diversos tipos de categorías; entre ellas se encuentran arte digital, arte tradicional, fotografía, deportes y mascotas. Entre los artistas más reconocidos del medio está Ramiro Albán. Las obras de arte están valoradas en entre $ 50 y $ 4.500, e incluyen la obra física y realidad aumentada. (I)