La tecnología no es de uso gratuito, y aunque no nos cueste a nosotros, le puede costar al planeta. Cada proceso tecnológico que realizamos consume un nivel menor o mayor de energía, y a su vez, este tiene impactos en el medioambiente.
Si hay una rama de la tecnología que consume mucha más energía del promedio, es la inteligencia artificial generativa, específicamente la que crea imágenes a partir de una instrucción. Esta área es una de las más costosas y contaminantes de la industria tecnológica, según un estudio realizado por la startup Hugging Face y la Universidad Carnegie Mellon.
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De hecho, crear una sola imagen con inteligencia artificial equivale a gastar la carga completa de un smartphone, alrededor de 0,015 y 0,030 kWh. Y hay una clara diferencia entre la cantidad de energía que se gasta ejecutando 1.000 generaciones de texto, comparada a 1.000 generaciones de imágenes.
La generación de imágenes, de acuerdo al estudio, puede compararse a conducir un vehículo a gasolina en un trayecto de 6.5 kilómetros.
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Los chatbots de inteligencia artificial también gastan energía
ChatGPT y Google Bard son solo dos de los chatbots de inteligencia artificial más populares del internet. Ya que están diseñados para cumplir varias funciones, como responder preguntas, analizar textos y generar contenido, su uso gasta incluso más energía.
En el caso del entrenamiento de GPT-3, el modelo de lenguaje usado en ChatGPT, se utilizaron 700,000 litros de agua dulce, equivalente a la producción de 370 automóviles BMW o 320 vehículos eléctricos Tesla.
Con esos 700,000 litros de agua también se pueden producir 150.000 kilos de arroz o llenar 15 piscinas olímpicas, menciona El Comparador de Luz.
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Eficiencia energética
Mientras se populariza el uso de inteligencia artificial, es importante empezar a pensar también en la eficiencia energética, tanto de parte de los usuarios como de las empresas.
Microsoft, aliado de OpenAI, aseguró haberse comprometido con la energía nuclear para reducir costos y mitigar el impacto ambiental. Los usuarios, en cambio, podrían optar por usar chatbots específicos para una función y limitar la cantidad de contenido creado con inteligencia artificial.
Según el estudio, hay una necesidad imperativa de comprender y abordar el impacto ambiental de la inteligencia artificial. De esta forma, se lograría un equilibiro entre la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental. (I)