La Holanda de los años 70 marcó un antes y un después, fue un equipo revolucionario por su forma de jugar dentro de la cancha, tanto que deslumbró tanto en Europa como en América, llegando a dos finales de Copa del Mundo sin poder ganar alguna.
Publicidad
En 1974, la forma de jugar dentro de la cancha completó el apodo y es que los jugadores no tenían una posición fija.


Publicidad
La Holanda de los años 70 marcó un antes y un después, fue un equipo revolucionario por su forma de jugar dentro de la cancha, tanto que deslumbró tanto en Europa como en América, llegando a dos finales de Copa del Mundo sin poder ganar alguna.