Nuestros fieles amigos de cuatro patas también tienen su fecha especial, y es este 21 de julio. Desde el 2004 se conmemora el Día Mundial del Perro, con la finalidad de homenajearlos, pero también para crear conciencia sobre el maltrato, abandono y adopción de esta especie. Las fundaciones de animales señalan que en Ecuador el número de animales abandonados es excesivo.
¿Por qué se dice que el perro es el mejor amigo del hombre?
Algunos describen como maravillosa la experiencia de tener un perro en casa, y más porque son un integrante de la familia. En reportajes anteriores hechos por este medio, algunas de sus familias han revelado que sus perros los han ayudado a salir de un estado de depresión y a comprender de mejor manera el amor.
Publicidad
Sin duda, un perro en casa es una gran compañía, que va de la mano de la responsabilidad: llevarlo a sus citas con el veterinario, alimentarlo apropiadamente, pasearlo y jugar con él; darles a todos una vida digna.
Adoptar a uno de manera consciente es volver a darles una oportunidad a ellos como perros abandonados o rescatados, pero también es vivir una experiencia especial. Denise Caballero, presidenta de la fundación Yo Amo a los Animales, considera que los perros adoptados tienen una característica específica: “Son muy agradecidos, son educados...”.
Publicidad
Todo perro es especial, pero dice que un ‘mezclado’ es irrepetible. “Cada mestizo tiene su propia personalidad, su propios rasgos que no se repiten”, menciona.
Caballero tiene dos perros adoptados en casa: Alexa y Firulo. Este último llegó a su vida hace 23 años. “Es uno de los íconos de la fundación. Fue uno de los primeros rescates que tuvimos y, como tiene un temperamento especial, mordía a los adoptantes y a mí era la única persona a la que no mordía”, cuenta.
Firulo se ha convertido en inspiración de muchas cosas que han hecho en la fundación. “Fue uno de los que me motivaron a seguir con el tema, de no solo ser una agrupación, una asociación, sino también ser una fundación y seguir ayudando a muchos animales”, confiesa.
Alexa en cambio, fue rescatada hace cinco años en el Parque Samanes, tras ser abandonada con tan solo tres meses. “Ella siendo una cachorra corría atrás de todos los autos que entraban y salían. Mi esposo que había ido a hacer ejercicios se encontró con esta perrita, le hizo cariñitos y cuando él se regresó a su auto ella se subió solita y desde allí Alexa nunca más se bajó de nuestras vidas”, cuenta.
Al hacerle sus chequeos correspondientes resultó positiva del parvovirus, y tuvo que ser internada. “Casi la perdemos un 24 de diciembre. Me pidieron autorización de eutanasia para ella, pero le dije que no podía darle esa autorización en esa fecha y prefería esperar hasta el 25″, pero ese día ella comenzó a mostrar una mejoría y fue llevada a casa para terminar su recuperación. “Entonces el 25 le festejamos a Alexa su cumpleaños, porque es el día que ella volvió a vivir”, afirma de Alexa que este 2023 cumple 6 años.
Describe a sus dos perros como una gran compañía. “Cuando muchas veces estamos solos, o no tenemos quién nos acompañe, ellos son los que siempre están allí...”, dice.
En la fundación hay 45 gatos y 17 perros, que están en adopción. Ahora mismo están en la misión de encontrar un hogar para tres cachorros. “Amamos a los animales. No solo rescatamos, sino que también educamos, también hacemos campañas, brigadas, hacemos diferentes tipos de actividades y activaciones que demuestran que queremos y buscamos bienestar animal”, señala.
A continuación, les compartimos dos historias llenas de amor, fortaleza y compromiso.
Durango, el valiente ‘piratita’ de Diego y Nathaly
Diego Spotorno y Nathaly Toledo tienen cinco gatos y un perro llamado Durango. “Siempre un animal en la casa es algo maravilloso”, expresa la pareja.
Supieron del can por una fotografía en la que se alertaba de su deplorable condición: un ojo afuera. Tras ver que su vida corría peligro, la pareja fue al rescate del perro en Durán (el motivo de su nombre), donde estaba escondido en el zaguán de una casa; sí tenía una familia. “Le habían puesto un hilo de coser en el ojo... y el mismo albañil que estaba arreglando la cocina de la casa nos dijo que nos llevemos el perro”, cuenta Spotorno, quien no dudó en entrar al lugar, tomar al perro y llevárselo. “Nunca me quiso morder”, recuerda.
Aparte de tener el ojo hacia afuera, Durango estaba muy delgado, con garrapatas y con un cáncer en los testículos. “Es un mestizo de Golden, no es un perro de raza pura; sin embargo, lo tenían para que se reprodujera... Él es una víctima de la reproduccción indiscriminada, tanto así que él tenía cáncer en su testículo”, describe Toledo.
Durango fue atentido por un veterinario, quien lo sometió a una cirugía para amputarle el ojo izquierdo y esterizarlo. Luego de su operación tuvo seis meses de quimioterapia. Desde entonces han transcurrido ocho años, y hoy es un perro amado no solo por la pareja, sino también por sus abuelos humanos.
Luego de su recuperación empezó la búsqueda de una familia para el can; mientras tanto, Nathaly fue hogar temporal, pero el cariño que nació entre los dos fue más fuerte. “Él cuando pisó mi casa se quedó para siempre”, cuenta la comunicadora.
Al valiente ‘pirata’ lo describen como un perro educado de base, además de imponente, paciente, serio y expresivo. “Es un perrito que se emociona muchísimo cuando llegas a la casa, que se pone triste cuando tú te vas. Es un gran compañero”, dice Spotorno.
Lo ven como un recordatorio constante del amor condicional. “Es ese recordatorio de que tenemos que ser buenos con ellos, de que hay una responsabilidad de por medio”, dice por su parte Toledo.
“Tenemos este lenguaje en el que no compartimos el mismo idioma, pero que nos entendemos... Qué pena la gente que se pierde esa experiencia, porque realmente uno entiende mucho más del mundo, se conecta más con el mundo”, acota.
Recuerdan que una vez lo llevaron a una charla y entre los asistentes había una niña con un problema en los ojos. “Ella estaba superemocionada de ver a Durango y dijo que le encantaba porque era como ella... Nos damos cuenta de que los animales que tienen alguna discapacidad generan esa empatía”, menciona.
El amor por los animales también lo profesan a través de su refugio Distrito Animal, donde tienen 40 perros y 60 gatos. Para conocer las campañas, puede visitar sus redes sociales: @distritoanimal.ec.
La familia numerosa de Bianca Salame
En la casa de Bianca Salame son cuatro humanos, cuatro canes y cuatro felinos. “Son mi adoración, mi compañía... Ellos nos dan una lección de manera diaria. Son mis maestros”, expresa.
La Miss Ecuador Internacional 2005 y experta en comportamiento canino dice que el secreto para esta familia numerosa, aparte del amor, es la organización. “Como todo en una familia, tiene sus dificultades, pero también tiene cosas maravillosas. Es cuestión de organizarse y ser responsable (...), conocer con qué especie estoy viviendo para poder cubrir todas las necesidades”, menciona.
Cada uno llegó de una manera diferente a su vida, o más bien ella llegó a la de ellos. A Adriana la encontró comiendo basura frente a su oficina; para lograr rescatarla tuvo que correr tres cuadras, y hoy la describe como la mejor compañía. El caso de Chilindrina lo conoció por las redes sociales; junto con su esposo fue a salvarla por el puente de Durán, donde estaba con sus cachorros: dos sobrevivieron y fueron dados en adopción.
Pero la historia de Gerónimo es la que más ha tocado su corazón; él era un perro de reproducción que vivía en Quito, en una jaula, sin contacto con ningún perro, sin contacto humano. “Él perdió mucho de ser un perro (...). Como ya no servía como perro reproductor, lo iban a eutanasiar. La veterinaria a escondidas no lo mató y lo mandó a Guayaquil a través de una fundación”, cuenta Salame, quien en ese momento se ofreció como hogar temporal. “Al verlo tan frágil y tan destruido en el alma, le dije a la fundación que decidía adoptarlo porque creo que nadie lo iba a cuidar ni a tener paciencia”, cuenta. Desde entonces, transcurrieron seis meses para que Gerónimo recuperara su personalidad, confianza y salud.
Salame ya se había puesto un límite de rescate, pero hace cuatro meses encontró a Petra en medio de la calle y con su cara abierta. “Frené al lado de ella. Me mordió, me hizo perserguirla por debajo de los carros, paré el tráfico, pero logré cogerla”, cuenta Salame, quien espera ser hogar temporal y, cuando esté lista, buscarle una familia. “Mi misión ahorita es rehabilitarla, ayudarla y buscar una familia que entienda este perfil y esté dispuesta a adoptarla”, indica.
“Hay un problema social muy grande, que es el abandono, el maltrato, la inconsciencia... No me entra en la cabeza comprar un animal cuando sé que hay miles de millones en la calle sufriendo”, acota.
Salame confiesa que sus animales todos los días demuestran lo agradecidos que son. “Nos hemos salvado mutuamente. Que ellos estén en mi casa me hace aterrizar, me hace ser más sensible por todo lo que ellos viven”, manifiesta.
En sus redes sociales comparten consejos para tener una mejor comunicación con las mascotas y también cuentan las historias de rescate que han hecho. (I)