Aunque el temido asteroide 2024 YR4 ya no representa un peligro directo de colisión con la Tierra, expertos advierten que aún podría ocasionar daños significativos de forma indirecta.
Recientes simulaciones astronómicas sugieren que esta roca espacial, conocida como el “asesino de ciudades”, podría impactar contra la Luna, generando consecuencias que afectarían a nuestros sistemas tecnológicos en órbita.
El asteroide fue detectado por primera vez el 27 de diciembre de 2024 y provocó alarma internacional al calcularse una posible colisión con la Tierra para el 23 de diciembre de 2032.
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En su momento más crítico, llegó a tener un 3,1% de probabilidad de impacto, cifra que lo posicionó entre los objetos más riesgosos registrados hasta ahora.
¿Qué pasa si colisiona con la Luna?
Aunque el peligro de que YR4 golpee directamente nuestro planeta se ha descartado, las últimas observaciones del Telescopio Espacial James Webb revelan un aumento en las posibilidades de que colisione con la Luna, pasando de un 3,8% a un 4,3%.
Si esto ocurre, el impacto se produciría a una velocidad de 47.000 km/h, generando un cráter de aproximadamente un kilómetro de diámetro, el más grande en ese satélite natural en los últimos cinco milenios.
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El Dr. Paul Wiegert, astrónomo de la Universidad de Western Ontario y líder del estudio, explicó que, bajo ciertas condiciones, la gravedad terrestre podría redirigir parte del material expulsado por el impacto hacia la órbita de nuestro planeta.
“Nos sorprendió un poco la posibilidad de que hubiera una cantidad sustancial de material dirigido a la Tierra”, declaró a la revista New Scientist.
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Según las simulaciones realizadas por su equipo, hasta un 10% de los escombros generados podrían dirigirse hacia nosotros, sin amenazar directamente la superficie terrestre, pero sí representando un serio peligro para satélites y misiones espaciales.
El daño potencial no es menor: se estima que una nube de partículas podría deteriorar el estado de varios satélites en cuestión de días, acortando su vida útil en el equivalente a diez años.
Además, no solo estarían en riesgo los satélites en órbita terrestre. Naves espaciales alrededor de la Luna, como el futuro proyecto Lunar Gateway de la NASA, también podrían verse afectadas.
Incluso las misiones tripuladas del programa Artemis enfrentarían un nuevo tipo de peligro con la caída de restos lunares. (I)
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