“La salud mental no es un lujo ni una moda; es una necesidad básica para vivir en equilibrio”, afirman Nicole Miranda y Andrea Alarcón, psicólogas clínicas y fundadoras de The Mindful Club, un espacio dedicado al desarrollo personal y la conciencia plena. Desde su experiencia acompañando procesos de transformación emocional, ambas destacan que el bienestar integral de una persona se construye a partir de la armonía entre el cuerpo y la mente.

En ese contexto, aseguran, el estado emocional de una persona influye directamente en su forma de relacionarse con su entorno, en la calidad de sus pensamientos, en su energía y en su desempeño diario. “La inteligencia emocional es la capacidad de gestionar las emociones de forma positiva, aplicando herramientas y estrategias que permitan enfrentar los desafíos cotidianos con resiliencia y asertividad”, explican.

No obstante, advierten que cuando se descuida la salud mental, aumenta la negatividad, se deterioran las relaciones interpersonales, disminuye el nivel de actividad y se afecta el funcionamiento cognitivo. Todo esto, en conjunto, puede derivar en trastornos psicológicos que deben ser tratados con seriedad y a tiempo. “La salud mental no está limitada por la edad, esta se construye desde la infancia, y tanto las experiencias individuales como el entorno influyen en su desarrollo”.

Entre los signos más comunes que pueden alertar una crisis de salud mental se encuentran la pérdida de rendimiento académico o laboral y los cambios abruptos en el estado de ánimo. Además, es frecuente observar alteraciones en los hábitos de sueño o alimentación, aislamiento social, irritabilidad constante o una marcada pérdida de interés por actividades que antes resultaban placenteras, apuntan las fundadoras.

A su vez, recuerdan que la salud mental también puede ser cuidada desde la prevención. Y la principal herramienta es, afirman, la educación emocional.

Hábitos que nutren tu bienestar

Fomentar el bienestar emocional no requiere de rituales complejos ni de largas horas dedicadas a prácticas exigentes. “A veces, lo más simple puede ser lo más transformador: disfrutar de una actividad que te gusta, compartir tiempo con tus amigos, leer un libro, tomar café, ejercicios físicos, alimentación nutritiva, escuchar el cuerpo y hacer pausas conscientes a lo largo del día son acciones que fortalecen el vínculo con uno mismo”.

Otras prácticas como escribir un diario emocional, expresar gratitud o practicar respiración consciente también ayudan a mantener el equilibrio y procesar lo que sentimos con mayor claridad, resaltan sus fundadoras.

En The Mindful Club quieren romper con el estigma que aún rodea la salud mental. Su mensaje es claro: ir a terapia no es señal de debilidad, sino un acto valiente de amor propio y responsabilidad. Reconocer que todos enfrentamos desafíos emocionales es el primer paso para sanar, crecer y vivir con mayor conciencia. A través de su experiencia, invitan a niños, adolescentes, adultos (padres) a participar en talleres con actividades enfocadas en el bienestar emocional. Están ubicados en la Plaza Vizcaya, Samborodón, piso 2.