En el 2020, cuando muchos sueños se quedaron en pausa, Keila Obando y su esposo, Mario León, vieron en la pandemia el impulso que necesitaban para reinventarse.

By Loló, una pasión por lo dulce, lo sano y lo natural

En medio de la incertidumbre, estos emprendedores ecuatorianos identificaron que la alimentación sería uno de los pocos sectores que se mantendrían firmes. Así, entre necesidad, estrategia y pasión, nació La Luciana, una marca que se abre camino con fuerza en el mercado de los lácteos.

El queso de hebra es uno de los productos estrella de La Luciana. Foto: Cortesía

Así, el conocimiento técnico de su esposo y la vocación comercial de Keila para las ventas convirtió esta idea en un emprendimiento familiar que no solo oferta productos, sino su espíritu creativo caracterizado por sabores distintos y originales. “Crear es algo que nos apasiona y eso se ve reflejado en lo que hacemos”, afirma la fundadora de La Luciana.

Keila cuenta que para la marca cada producto es una experiencia que busca despertar emociones y construir una relación auténtica con los clientes, quienes asocian su nombre con sabor, confianza y originalidad.

La Luciana también se especializa en la producción de diferentes salsas de queso, mantequillas, yogures. Foto: Cortesía

La emprendedora señala que La Luciana refleja el fruto de su constancia: las principales cadenas de retail del país les han abierto las puertas a sus productos, lo que representa tanto un reconocimiento como un desafío, ya que esto los obliga a mejorar cada día, puesto que el crecimiento solo es sostenible cuando va de la mano de la calidad. Y añade que en 2026 se visualizan en mercados extranjeros.

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La Luciana es uno de los emprendimientos que estarán presentes en el Grand Bazaar, que se realizará del 11 al 14 de diciembre, en Deportiva Cumbayá, en Quito.

Productos listos para freír, como los tequeños rellenos de queso son parte del inventario de este emprendimiento. Foto: Cortesía