Cuando una persona siente de repente un fuerte dolor en el oído, la temperatura le sube, se encuentra mareada y solo quiere estar acostada, es que probablemente sufre una otitis.

La otitis media aguda es una inflamación repentina del oído medio que se desarrolla a menudo después de una infección de las vías respiratorias superiores, por ejemplo, después de un resfriado, o en los niños durante o después de un catarro.

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Los síntomas típicos son dolor de oídos y fiebre, sobre todo si se trata de niños pequeños. En estos últimos y en los lactantes también se suelen presentar síntomas más generales como una diarrea leve, vómitos, dolor abdominal o inquietud.

Los niños de entre uno y tres años de edad suelen tener más probabilidades de verse afectados por la inflamación del oído.

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Una infección del oído medio suele ir precedida de un resfriado. La secreción congestionada puede conducir a una acumulación de líquido en el oído medio. Esto se convierte en un caldo de cultivo para bacterias o virus y puede inflamarse. Es más difícil oír con el oído afectado.

Si el derrame timpánico continúa hinchándose, la presión en el tímpano aumenta. Si la secreción aumenta de forma abultada hacia afuera, puede llegar a ser muy dolorosa. A veces el tímpano se rompe. La secreción congestionada se drena hacia el exterior. El dolor disminuye inmediatamente. El desgarro del tímpano se cierra por sí solo después de unos días.

La otitis desaparece en uno o dos días

En la mayoría de los casos, el oído se cura solo. “La enfermedad suele ir desapareciendo, por lo que no es aconsejable recetar una medicación general con antibióticos”, indica la otorrinolaringóloga Linda Diederich.

A menudo ayuda esperar un día o dos y durante este tiempo usar gotas nasales para mejorar el flujo de los gérmenes. Para el dolor, pueden administrarse medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno en forma de supositorios o jarabe, en dosis apropiadas para la edad.

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En opinión de la otorrinolaringóloga, el médico dará antibióticos a los niños pequeños en caso de dolor severo o inflamación en ambos lados. Estos medicamentos protegen, por ejemplo, contra complicaciones como la meningitis o la mastoiditis, una inflamación de la apófisis mastoidea del hueso temporal.

Remedios populares con cebollas y flores de manzanilla

Un remedio popular para la inflamación del oído medio es la aplicación de compresas de cebolla. La bióloga y homeópata Isabell Wustlich es una defensora de la medicina alternativa y ha tenido muy buenas experiencias con esta medida. “Especialmente cuando la otitis media se produce por primera vez, es muy fácil intervenir de forma natural”, explica.

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  • Para las compresas de cebolla, se cortan las cebollas en trozos pequeños, se envuelven en un paño y se coloca sobre la calefacción.
  • Una vez que esté caliente se sujeta con una cinta en el oído afectado del niño.

Según Wustlich, también se puede tratar una ligera inflamación del oído medio con compresas de flor de manzanilla.

  • Aquí las flores se envuelven en un paño fino y se calienta la compresa con la ayuda de una bolsa de agua caliente. Una vez que esté bien caliente la compresa de flores se coloca en el oído dolorido.
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  • Cuando se trata de adolescentes, un baño de vapor de manzanilla puede ayudar. Se agrega agua hirviendo a las flores de manzanilla y se cubren durante unos cinco minutos mientras se empapan bien. La oreja afectada se mantiene sobre el vapor de la flor de manzanilla durante unos minutos.

Además, explica la homeópata, las gotas nasales de solución salina, los aerosoles nasales homeopáticos y los bálsamos o la inhalación con solución salina también tienen un efecto descongestionante. Y agrega que se deben administrar gotas nasales y no aerosoles nasales a los niños muy pequeños, ya que estos últimos pueden ser demasiado agresivos.

Entrenamiento con un globo para prevenir la otitis

Según la otorrinolaringóloga Diederich, los niños que han tenido varias infecciones del oído medio al año pueden recibir un entrenamiento especial cuando no padecen ninguna infección.

El niño mantiene una fosa nasal cerrada y sopla a la vez a través de la otra fosa nasal en un pequeño tubo con un globo en su extremo. El niño infla un globo con una fosa nasal.

Así se consigue entrenar o reabrir la conexión entre la nariz y el oído a fin de ventilar la cavidad timpánica y mejorar la audición.

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Según Diederich, se puede actuar contra una inflamación del oído medio de forma preventiva al no usar chupón, ya que con la succión mecánica la tropa de Eustaquio permanece abierta por más tiempo.

Además, la vacuna contra el neumococo tiene un efecto de prevención tanto en los niños como en los adultos mayores de 60 años, explica la doctora. En los adultos, la vacunación contra la gripe también puede proteger contra el neumococo. (I)