La fiebre amarilla es una enfermedad vírica, aguda y hemorrágica transmitida por la picadura de un mosquito infectado y que puede causar desde síntomas leves hasta la muerte, en caso de los pacientes que entren a la fase tóxica de la afección.
Muchos de los casos pueden ser asintomáticos, pero los síntomas que sí aparecen suelen ser fiebre, cefaleas, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La mayoría de los síntomas desaparecen en 3 o 4 días, pero hay un porcentaje de pacientes que presentan síntomas más agudos como la ictericia, el color amarillento de los ojos y la piel, orina de color oscuro, dolor abdominal y hemorragia nasal, oral, ocular o gástrica.
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Un donante de sangre puede salvar hasta tres vidas
Alrededor de la mitad de los pacientes que presentan esos síntomas mueren.
Actualmente, no hay un tratamiento específico para combatir a la fiebre amarilla. Solo hay posibilidades de mejora con el tratamiento de la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre.
Lo que sí existe es una vacuna de prevención, que se recibe en una sola dosis y que tiene una duración de 10 años.
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La vacuna de la fiebre amarilla es necesaria en lugares donde la enfermedad es endémica, por lo que también se la exigen a los viajeros que vayan a transitar por estas zonas. Para entrar a ciertos países, se debe presentar el ‘’Certificado Internacional de Vacunación o Profilaxis’' de la OMS, como prueba de la vacunación.
Sin embargo, hay una parte de la población que no debe vacunarse contra la fiebre amarilla, o que debe consultar con su médico antes de hacerlo.
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- Personas con graves reacciones alérgicas a algún componente de la vacuna.
- Personas alérgicas al huevo, a la proteína de pollo o a la gelatina.
- Bebés menores de 6 meses.
- Personas con el sistema inmunológico debilitado por alguna enfermedad, como el VIH/SIDA o cáncer.
- Personas que se hayan realizado transplantes o tratamientos con radiación.
- Personas sin glándula timo o problemas con la glándula timo.
- Adultos mayores de 60 años de edad.
- Mujeres embarazadas o que están amamantando.
Si usted cumple con cualquiera de las especificaciones, necesita una recomendación médica profesional para saber si es seguro vacunarse. De no ser así, el médico le puede proveer una carta de exención de la vacuna, con lo que puede solicitar su ingreso a un país que la requiera.
El médico también puede desaconsejarle el viaje a un país donde la fiebre amarilla sea endémica, para evitar su contagio. (I)
Desde 1970, la #FiebreAmarilla ha resurgido como una amenaza para la salud pública en las Américas.
— OPS/OMS (@opsoms) December 3, 2022
Una estrategia de la OMS impulsada por la OPS en las Américas 🌎 busca vacunar a casi mil millones de personas para 2026.
Conoce más ⬇. https://t.co/poB8ZVFPtX #OPS120