El cáncer es una palabra asociada a una enfermedad que pone los pelos de punta. Se habla mucho sobre sus causas y tratamientos, pero a menudo se pasa por alto algunos detonantes bastante comunes que pueden estar incluso en muchos hogares.
Tal es el caso del asbesto, un material que alguna vez fue el héroe del aislamiento en casas y edificios, ahora resulta ser un villano asociado al cáncer de pulmón, y también vinculado a otros tipos de cáncer, como el de intestino y esófago.
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¿Qué provoca el asbesto en los pulmones?
Hay quienes no lo saben, pero el asbesto o amianto es un grupo de minerales fibrosos que son súper resistentes al calor y a la corrosión. Esto los convirtió en una opción popular para todo tipo de productos comerciales, desde materiales a prueba de fuego hasta frenos de automóviles.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, el problema surge cuando se altera el asbesto. En ese momento, se liberan fibras diminutas al aire que, al ser inhaladas, pueden quedarse en los pulmones durante mucho tiempo, causa inflamación y problemas graves de salud, incluido el cáncer.
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Ese mismo organismo de salud explica que, aunque algunos hogares pueden tener niveles bajos de asbesto, las personas que realmente se enferman son aquellas que han tenido una exposición frecuente, generalmente en sus trabajos.
Esto es un dato revelador que además está comprobado por la ciencia. Un estudio reciente mencionado en el portal Ilta Sanomat arrojó cifras impactantes.
Las personas que han estado expuestas al asbesto en su trabajo tienen un 17% más de probabilidades de desarrollar cáncer de esófago, un 14% más para el cáncer de estómago y un 16% más para el cáncer de colon y recto.
Esto significa que las conexiones entre el asbesto y estos tipos de cáncer deberían preocupar mucho más.
Desde el Instituto Nacional del Cáncer mencionan que “la exposición al asbesto se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y mesotelioma, que es un cáncer en las membranas delgadas que recubren el interior del tórax y el abdomen. El mesotelioma es el tipo más común de cáncer asociado a la exposición al asbesto, aunque la enfermedad es relativamente poco común”, indica el organismo.
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Para evitar que el asbesto se convierta en un problema de salud grave, en algunos países como Estados Unidos este material está regulado por la Occupational Safety and Health Administration, ( Administración de Salud y Seguridad Ocupacional).
En una sociedad donde el asbesto aún se encuentra en muchos lugares, hay que estar alerta. Y aunque en Estados Unidos su uso está controlado, eso no evita que el miedo persista, sobre todo en los que han estado en contacto directo.
(I)