Para la neurocientífica Jimo Borjigin fue una sorpresa: no podía creer que, aunque “morir es una parte esencial de la vida”, no sabíamos “casi nada” del cerebro moribundo.
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Para Jimo Borjigin fue una sorpresa: no podía creer que, aunque “morir es una parte esencial de la vida”, no sabíamos “casi nada” del cerebro moribundo.


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Para la neurocientífica Jimo Borjigin fue una sorpresa: no podía creer que, aunque “morir es una parte esencial de la vida”, no sabíamos “casi nada” del cerebro moribundo.