La postura encorvada hacia adelante no solo es propia de una persona de edad. Los médicos la definen como el síndrome de los hombros caídos y se trata de una dismorfia corporal que afecta a un buen número de personas.

Clínica Mayo profundiza esta desviación que hace que el individuo tenga una mirada hacia abajo, ya que los hombros abandonan la postura erguida y la espalda se va curvando hacia adelante, lo que de paso a la temida “joroba”.

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De esa manera el cuerpo va tomando una postura que de no corregirse, será la única a la hora de caminar, afectando el músculo de la espina dorsal. El quiropráctico Ata Pouramini menciona un ejercicio que está comprobado es uno de los más efectivos y se trata de caminar bajo el pensamiento de que llevas un vaso de agua en el esternón, el cual no hay que dejar derramar.

De esa manera, se trata de mantener la espalda recta mientras se asegura un paso firme, además de adoptar una postura correcta a la hora de tomar asiento. (I)

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Al estirarnos, metemos barriga y exhibimos una actitud menos cohibida, más poderosa.