Los trastornos alimentarios o trastornos de la conducta alimentaria (TCA) pueden afectar gravemente la calidad de vida de las personas que viven con estas afecciones y las de sus seres queridos. Mantenerlo en secreto e ignorarlo es un sello distintivo de este tipo de trastornos.

Quienes padecen de anorexia o bulimia, que son los más frecuentes, temen aumentar de peso y pueden preocuparse de que si reciben tratamiento, eso ocurrirá. Por ello, es especialmente importante que si conoce a alguien que posiblemente sufra de uno, sepa cómo abordar el tema sin causar vergüenza o malestar a la otra persona, ya que los intentos de ayudar pueden desencadenar ansiedad o empeorar los síntomas.

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Como ocurre con cualquier otra afección de salud mental y física, es importante validar, en lugar de estigmatizar o minimizar los sentimientos de la persona. Debemos escuchar lo que tienen que decir en lugar de decirles cómo se deben sentir. Es recomendable hablarlo en privado y asegurarse de que haya suficiente tiempo para hacerlo. También es ideal elegir un momento en el que ambas partes estén tranquilas para no experimentar conflictos.

De acuerdo con la psicóloga Elaine Cevallos Magallón, es adecuado decir algo a alguien cercano a nosotros que esté dando señales de tener un TCA siempre y cuando se diga un comentario basado en la consideración y confianza, mas no desde la confrontación despectiva o agresiva.

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Desórdenes alimenticios, ¿cómo abordar el tema? Foto: Shutterstock

“Esto porque nosotros como familia y amigos somos una red importante en el proceso para iniciar una intervención terapéutica, porque seremos quienes darán ánimo y apoyo al paciente. Es importante trabajar en no fomentar una cultura y conducta inadecuada. Nos debemos convertir en acompañantes durante el proceso si se lo requiere”, manifestó.

Cevallos explica que no hay una causa específica para que se desarrolle un trastorno de estos tipos. “Por ejemplo, tenemos el factor genético, el factor conductual biológico, psicológico y social. En ocasiones la persona inicia solamente con una simple preocupación por su salud o por su apariencia, buscando así su ideal de ‘peso adecuado’, sin darse cuenta de que en ocasiones se va generando una sobre exigencia y un tipo de obsesión o fijación excesiva para llegar a la ‘meta’ perdiendo de vista lo saludable”, afirma, ya que la mayoría de los trastornos alimentarios implica centrarse en el peso, la forma del cuerpo y la comida.

Recomendaciones para tratar el tema

Para Cevallos, el primer paso es buscar ayuda y consejería desde la parte terapéutica profesional.

“En segundo lugar, es necesario ofrecer apoyo cuando notemos que haya desánimo de parte del paciente o del familiar. En estos casos hay que evitar obligar a la persona a comer o no comer”, detalla.

Aunque esa persona no esté lista para admitir que tiene un problema con los alimentos, se puede iniciar la conversación expresándole que está preocupado y desea escucharla. Hable sobre los comportamientos y los cambios que ha observado y señale con calma las razones de su inquietud.

Desórdenes alimenticios, ¿cómo abordar el tema? Foto: Freepik

Para eliminar el posible estigma, no dude en recordarle a su ser querido que no debe avergonzarse por admitir que tiene problemas alimentarios u otro problema de salud mental relacionado con los TCA. A muchas personas se les diagnosticarán estos durante su vida y muchas se recuperarán.

También evite dar soluciones demasiado simplistas. Decir simplemente “detente” o “empieza a comer” no ayudará. Esto puede hacer que la persona se sienta frustrada, a la defensiva e incomprendida. Considere además que debe de estar preparado para recibir reacciones negativas en caso de emitir un comentario sobre la condición de alguien con un TCA. Algunos pueden enojarse y ponerse a la defensiva, insistiendo en que usted es el que tiene el problema. Otros pueden ignorar sus preocupaciones o minimizar los peligros potenciales. Todas estas respuestas son normales.

Lo que debe evitar

Evite discusiones que traten directamente sobre el cuerpo de la persona. Procure no decirle que se ve mal o usar otros adjetivos negativos que describan su apariencia. En caso de que se esté recuperando de un TCA, tampoco comente o emita un juicio sobre su aumento de peso. Tampoco utilice palabras para describir su estado físico y mental, ni siquiera adjetivos considerados positivos como “saludable” o “bueno”.

Desórdenes alimenticios, ¿cómo abordar el tema? Foto: Shutterstock

“Por otra parte, se deben evitar las comparaciones y escuchar también los sentimientos de la otra persona, puesto que hay que recordar que esto es un proceso bastante delicado y difícil. Elimine también las culpas y los reproches si se toca el tema”, añade Cevallos.

Cabe recalcar que cualquier persona puede desarrollar un trastorno alimentario y que estos suelen comenzar durante la adolescencia y la juventud, aunque pueden producirse sin importar la edad. En cuanto a países de América Latina, una de cada 100 mujeres argentinas sufre de algún TCA, de acuerdo con información de la Asociación para la Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (basada en Buenos Aires), mientras que en México, según datos del Instituto Mexicano de Seguridad Social, nueve de cada diez pacientes de TCA son mujeres.

En el Ecuador, conforme a datos del 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Censos, el 87 % de la población adolescente femenina ecuatoriana dijo estar inconforme con su cuerpo, y de esa cifra, del 12 al 15 % de ellas padecían un TCA. (F)