Molestias en la misma zona pero diferentes síntomas y tratamientos. El dolor de garganta, la faringitis y la amigdalitis no son lo mismo y hay que tener cuidado, sobre todo en infantes. A veces solemos confundir estas dolencias.

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Por eso, Healthy Children, iniciativa de pediatras, trae una breve guía para diferenciarlas y tomar las medidas necesarias. En todo caso, siempre se sugiere la consulta médica para determinar exactamente qué dolencia nos afecta y aplicar el tratamiento adecuado.

Dolor de garganta

Suele ser provocado por virus e inflaman la garganta alrededor de las amígdalas, pero esto no es amigdalitis. En el caso de los niños, si es provocado por virus, podría incluso superarlo sin medicina en máximo diez días. También ocurre cuando hay resfrío, incluso llegando a mostrar fiebre.

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Amigdalitis

Ocurre cuando se inflaman las amígdalas. En el caso de los niños incluso se pensaba en quitarles estas masas de tejido, en una operación conocida como amigdalotomía, pero en la actualidad se recomienda únicamente para casos extremadamente graves. Suele curarse con antibióticos.

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Faringitis

La produce la bacteria estreptococo. Las amígdalas se inflaman, llegando incluso a los alrededores de la garganta. Para determinar si existe la presencia de este microorganismo, se hace una prueba, porque puede confundirse con una infección viral.

En el caso de los niños, los síntomas pueden variar con la edad, desde una ligera fiebre y secreción nasal hasta expulsión de sangre, falta de apetito y dolor de estómago. Siempre será recomendable acudir a la cita de pediatría.

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“Si la faringitis de su hijo no se trata con antibióticos o si no completa el tratamiento, la infección puede empeorar o extenderse a otras partes del cuerpo, dando origen a afecciones como abscesos de las amígdalas o problemas de los riñones. Las infecciones estreptocócicas que se dejan sin tratar pueden resultar en fiebre reumática, una enfermedad que afecta el corazón”. (I)