El azúcar y la aparición de arrugas y flacidez en la cara tienen una relación peligrosamente estrecha. El consumo excesivo de azúcar añadido contribuye al aumento de peso, la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes y además, acelera el envejecimiento de la piel.

La cantidad de azúcar que debería consumir una mujer es de 25 gramos al día, el equivalente a seis cucharaditas o 100 calorías; y los hombres, 36 gramos, unas nueve cucharaditas o 150 calorías, señala la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).

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Sin embargo, el consumo de azúcar suele ser muy alto en la mayoría de las personas, que desconocen cuánto de este endulzante ingieren a diario en sus bebidas y alimentos.

AHA explica que es necesario tener cuidado con el azúcar añadido, porque mientras el que se encuentra en forma natural en una manzana se absorbe lentamente debido a la fibra de la fruta, el que se toma en una gaseosa es “una bomba” que se convierte rápidamente en calorías.

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La glicación es una “reacción química que se produce entre la glucosa y un aminoácido de una proteína. Foto: Pexels.

Por qué el azúcar está relacionado con las arrugas

En el caso de la piel, el exceso de azúcar en el cuerpo provoca un proceso llamado glicación, que daña el colágeno y la elastina, las responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.

La glicación es una “reacción química que se produce entre la glucosa y un aminoácido de una proteína. Como resultado de esta reacción se generan nuevas moléculas llamadas AGE’s (Advanced Glycation End Products)”, explica Saber y Vivir.

Esas moléculas causan “daño oxidativo, inflamación y muerte celular” que el cuerpo no es capaz de compensar cuando hay exceso de glucosa en la sangre, añade el portal.

Al alterarse la estructura del colágeno (que es la proteína que más abunda en el cuerpo) la piel empieza a verse menos firme y elástica, dando paso a la aparición de las arrugas y la flacidez.

Qué alimentos evitar por su alto contenido de azúcar

  • Bebidas como las colas (gaseosas), energizantes y jugos procesados de frutas que se comercializan.
  • Postres, dulces, bollería, galletas, cereales procesados.

(I)

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