La OMS y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) reconocieron el Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) como una enfermedad clínica, en 1992. A partir de ese año, esta patología se encuentra en el grupo de los trastornos del comportamiento y de las emociones, de comienzo en la infancia y la adolescencia.