Las próximas variantes del COVID-19 serían, por definición, más contagiosas que las que se han identificado por el momento, pero se tardarían en detectar si son más o menos letales que las versiones conocidas. O si por otro lado ofrecen una mayor resistencia a la respuesta inmunológica, como lo hace la variante delta.

Así lo indica el Dr. José Sabán, médico internista experto en COVID persistente en la Clínica D-Medical de Madrid, en una entrevista con Business Insider España.

Ante las posibilidades de que una nueva variante cambie el escenario actual de la pandemia, las dudas incrementan y los expertos concretan una realidad, la responsabilidad individual es uno de los principales problemas del manejo de la pandemia.

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1. La aparición de nuevas variantes

(EFE/EPA/Daniel Irungu) Foto: EFE

Delta lo que ha demostrado es que no nos protegemos bien cuando estamos en situaciones de riesgo o expuestos y tenemos una sola dosis de la vacuna o ninguna”, explica en una entrevista con Business Insider España el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos.

“De momento, los consejos se mantendrán igual que para cualquier otra variante, aunque conocemos que tiene el riesgo de una mayor transmisión. Esa mayor transmisión hace que, probablemente, el porcentaje del 70% para alcanzar la inmunidad de grupo que tanto se anunciaba va a ser insuficiente”, advierte López Hoyos.

El especialista considera que se debe insistir en la vacunación mundial, de forma que evite que el virus se esparza, perpetúe zonas desprotegidas y surjan variantes, mismas que pueden eludir en la respuesta inmunológica. Esto además daría la mano con la protección poblacional contra las versiones más peligrosas del virus.

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A continuación les contaremos más de los errores que los expertos en salud creen que las poblaciones continuan cometiendo, poniendo peligro el freno de la pandemia.

2. “Ya estoy vacunado, no tengo riesgo de contagiarme”

Una persona recibe una dosis de la vacuna contra la covid-19, de los laboratorios Sinovac. EFE/Mak Remissa/Archivo Foto: EFE

“La población vacunada relaja las medidas porque, al final, el vacunar protege de las formas graves y estos se sienten más protegidos —igual no dejan de hacerlo, pero pueden ser más flexibles—”, ejemplifica Esther del Corral Beamonte, médico internista en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

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Sin embargo, no sufrir un contagio severo con el COVID-19 no impide que se infecten y propaguen el virus a otras personas con mayores riesgos de desarrollar un caso grave.

Además, aquellos que contraen el virus con sólo una dosis de las vacunas de 2 inyecciones, también podrían facilitar la aparición de variantes mutantes de escape.

3. “La distancia ya no importa”

Un estudiante recoge sus libros para el nuevo año escolar después de las vacaciones de verano, usando máscaras protectoras y manteniendo distancia, el 23 de agosto de 2021, en una escuela de Leek, Países Bajos. Foto: AFP

Esta medida es imprescindible para evitar contagios tanto en interiores como en contactos en exteriores sin mascarilla.

“La transmisión se produce fundamentalmente por aerosoles en interiores”, señala Salvador Peiró, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.

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“La ventilación cruzada, distancia y mascarilla (más aforos, etc.) aunque no la evita reduce la transmisión incluso en estos espacios”.

“Actualmente la gente no entiende lo de “cuando se pueda guardar la distancia de seguridad”.

4. “Viajemos sin medidas de seguridad”

Foto: Shutterstock

“Es demasiado pronto para relajarse en cuanto a las relaciones sociales y vida de ocio prepandémica. Las medidas para viajes y relaciones sociales deben continuar, porque la población está parcialmente inmunizada, la duración de la inmunidad no está bien establecida y la protección frente a las variantes del virus puede ser insuficiente”, advierte Inma Neira, médico especialista en Traumatología.

5. “¿Y qué si no me vacuno?”

Fotografía de archivo de una dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech. EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN Foto: EFE

Uno de los errores que podrían lastrar el freno de la pandemia y perpetuar la propagación del SARS-CoV-2 es el rechazo de las vacunas desarrolladas contra el COVID-19.

La reticencia a vacunarse en nuestras sociedades “avanzadas” me parece muy importante entre las opciones aportadas, porque genera un colchón de gente por la que el virus puede seguir circulando y evolucionar hacia nuevas variantes”, advierte.

“Si las infecciones se perpetúan en partes del mundo donde la población no está protegida existe la posibilidad de que el virus circule a altos niveles y se den otras variantes”, describe López. (I)