A partir de junio en Ecuador se prevé colocar vacunas bivalentes del COVID-19 que adquirió y también acogerá la recomendación de la Organización Mundial de Salud (OMS) de incorporarla al esquema regular de inmunización.

El país esperaba que en los próximos días lleguen 360.000 dosis de vacunas bivalentes de la empresa Pfizer. Esta inmunización irá inicialmente a las personas de riesgos, mayores de 60 años que tienen enfermedades concomitantes por inmunosupresión y que ya recibieron los refuerzos adicionales.

Si bien atrás han quedado esas escenas dramáticas y que ocasionaron la muerte de millones de personas a causa de la enfermedad alrededor del planeta, la vacuna fue como la estrategia clave para descongestionar los sistemas de salud.

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Con el paso del tiempo, algunas compañías que elaboraron las vacunas también avanzaron en los procesos y debido a la evolución del virus con la aparición de nuevas cepas.

Desde agosto del año pasado, varios países comenzaron a aplicar vacunas bivalentes, estas consisten en brindar protección contra dos tipos de antígenos. En el caso de la vacuna contra el COVID-19 contiene una cepa ómicron y una cepa original o ancestral.

Esta no es la primera vez que se utiliza este tipo de tecnología ya que se emplea en la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), esta diseñada para los tipos VPH-16 y VPH-18.

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De acuerdo con BBC, la vacuna original de Pfizer tenía 30 microgramos de tozinameran en 0, 3 mililitros de líquido. Mientras que la versión bivalente también tiene la misma cantindad, pero 15 microgramos son para la cepa de Wuhan y los restantes para ómicron.

En el caso de Moderna, la dosis monovalente contiene 50 microgramos de elasomeran en 0,5 mililitros contra el virus inicial, pero el refuerzo actualizado lleva 25 microgramos para cada variante. (I)

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