Sentirse sin energía, con mareos, palidez o falta de aire durante los días de menstruación se ha vuelto tan común que muchas mujeres lo asumen como algo normal. Pero no lo es. Detrás de ese cansancio persistente puede existir una anemia que pasa inadvertida durante años.
La anemia por menstruaciones abundantes es una condición frecuente y poco abordada en la conversación pública. Su origen está en la pérdida excesiva de sangre durante el ciclo menstrual, que provoca una reducción progresiva del hierro en el organismo.
Cuando ese déficit no se detecta a tiempo, el cuerpo deja de producir la cantidad suficiente de hemoglobina y aparecen síntomas que se confunden con estrés o fatiga. La ginecóloga Mercedes Tituaña explica que “es muy frecuente que tres de cada diez mujeres en edad fértil desarrollen menstruaciones abundantes debido a diferentes causas, de ellas al menos una presenta anemia ferropénica”.
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Según la especialista, un sangrado deja de considerarse normal “cuando pasa de siete días y dicho flujo empapa una toalla sanitaria cada una o dos horas con presencia de coágulos”. En esos casos, suelen presentarse además “mareos, debilidad, cansancio y palidez”. Detrás de estos cuadros hay múltiples causas. Tituaña detalla que “las más comunes pueden ser trastornos hormonales, alteraciones estructurales, como por ejemplo presencia de miomas, y otras causas, como efectos secundarios por anticonceptivos o trastornos de coagulación”, indica.
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Síntomas a considerar
Algunas de estas condiciones requieren tratamiento médico, mientras que otras se agravan por la automedicación o la falta de controles ginecológicos regulares.
Los síntomas pueden ser tan leves que muchas mujeres no los relacionan con un problema de salud. “Pueden ser sutiles o marcados, entre ellos están los mareos, palidez, dolor de cabeza, palpitaciones y debilidad”, añade la especialista. Antes de iniciar cualquier tratamiento, la médica insiste en que el primer paso debe ser una evaluación completa. “Es de suma importancia identificar la causa del sangrado con una evaluación ginecológica completa y la corrección del déficit de hierro”, subraya.
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Una de las prácticas más comunes ante un sangrado excesivo es el uso de anticonceptivos orales o inyectables para intentar regular el ciclo. Sin embargo, Tituaña aclara que no en todos los casos es la solución adecuada. “Es recomendado cuando la paciente presenta causas hormonales sin causa estructural, cuando se busca regular el ciclo o reducir los días de sangrado y cuando la paciente no presenta contraindicaciones como trombosis”.
Pero también advierte los límites: “No es recomendable cuando la causa son miomas grandes, endometriosis avanzada o cuando presenta efectos secundarios como aumento de peso notable o hipertensión. No es normal sentirse agotada, mareada o sin energía cada mes”.
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“Estos síntomas son señales de alerta que el cuerpo envía. Detectar una anemia a tiempo evita complicaciones y mejora la calidad de vida. Por ello es importante fomentar el cuidado en la salud femenina y que más adolescentes y mujeres acudan a consultas ginecológicas de rutina”, advierte.
Conoce cómo ayudarte en la parte nutricional
En los casos de anemia por menstruación abundante, el tratamiento médico debe acompañarse de una recuperación nutricional. La médica nutrióloga María José Viteri considera que la alimentación es primordial.
“La alimentación siempre será un pilar fundamental para recuperarse de la anemia por menstruaciones abundantes, que tiene que estar enfocada en una alimentación antinflamatoria, es decir, libre de gluten, lácteos y carnes rojas procesadas, y rica en fuentes saludables, naturales y antioxidantes”, explica.
Entre las fuentes recomendadas están:
Las hojas verdes, las semillas, los frutos secos tostados, los pescados, las carnes magras, las vísceras como el hígado, el pavo y los mariscos.
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“Podemos incluir también extractos de remolacha, rábano y siempre a todas estas fuentes de hierro sumarles fuentes de vitamina C como naranja, mandarina, toronja, limón, frutilla, arándanos”, detalla la especialista.
Viteri advierte que el intestino juega un rol clave en la absorción del hierro: “La microbiota que vive en el intestino es el órgano que se encarga de la absorción de hierro a nivel intestinal, por lo tanto, a esto lo puede bloquear tener una disbiosis, que quiere decir una microbiota en desequilibrio y, por lo tanto, la puede perjudicar una dieta pobre en fibra, una alimentación rica en gluten, rica en lácteos, rica en carnes saturadas procesadas, hidrogenadas, alimentos en funda, en lata, azúcar, convivir con hongo cándida o parásitos en el intestino”, recomienda.
Por eso, insiste en una dieta antiinflamatoria y rica en micronutrientes para las adolescentes o mujeres con reglas fuertes. “Las mujeres tienen que darle una gran prioridad al omega 3 como gran antiinflamatorio natural, sobre todo rico en DHA que actúa más a nivel de útero, una dieta y una suplementación rica en vitamina D3 con K2 que es otro antinflamatorio natural, más curcumina”, agrega.
Sobre los suplementos, la doctora enfatiza que deben ser indicados por un profesional. “Que sea con el estómago vacío, que sea un hierro quelado para mejorar absorción y que esté siempre acompañado de vitamina C, cuidando siempre el estado de la microbiota, que es el órgano que va a decidir con cuánto hierro nos quedamos”, añade la doctora.
Un tema poco abordado que necesita visibilidad
El diagnóstico temprano y la educación sobre el ciclo menstrual siguen siendo tareas pendientes. Normalizar el agotamiento durante la regla es una práctica cultural que invisibiliza un problema que puede afectar el desarrollo, la concentración y el bienestar general.
Y aunque sus síntomas pueden confundirse con la rutina o el estrés, es posible prevenirla con controles médicos regulares, alimentación adecuada y atención a las señales que envía el cuerpo. La anemia por sangrado abundante no distingue edad: afecta a adolescentes, jóvenes y mujeres adultas y es más común de lo que suele pensar. (I)

































