La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) definen la infertilidad o esterilidad como una enfermedad del sistema reproductivo que se caracteriza por la no consecución de un embarazo clínico tras doce meses o más de relaciones sexuales habituales sin el empleo de métodos anticonceptivos. Es decir, la infertilidad se sospecha cuando las parejas no han podido conseguir un embarazo tras un año intentándolo.

Este problema puede deberse a muchas causas, tanto por problemas en la mujer como en el hombre. Parte de estas alteraciones proceden de problemas físicos que requieren de la intervención médica; sin embargo, algunos factores externos ligados al estilo de vida y la alimentación también pueden tener un impacto en la fertilidad.

En el caso del hombre, la obesidad tiene la capacidad de alterar la calidad seminal; mientras que en la mujer se relaciona con alteraciones de la ovulación, de la capacidad del útero para que anide el embrión y de una correcta evolución del embarazo.

Publicidad

Por otra parte, un peso insuficiente o bajo peso puede comprometer el funcionamiento de las hormonas pituitarias (FSH y LH), encargadas de regular el ciclo ovulatorio, deteniendo la ovulación y la menstruación.

La alimentación es la clave para un correcto funcionamiento de nuestro organismo y de nuestro sistema reproductor. Lo que comemos a diario puede afectar directamente a la salud reproductiva, ya que en hombres como en mujeres puede disminuir la capacidad de concebir.

El tratamiento principal será adoptar unos hábitos de vida saludables con una alimentación variada, que cubra los requerimientos energéticos y nutricionales, junto con la realización de ejercicio físico.

Publicidad

Para lograr una concepción segura, siga las siguientes recomendaciones:

  • Para asegurar la fertilidad hay que partir de un peso saludable. Si se encuentra en obesidad o desnutrición, busque asesoría nutricional. El seguimiento de un plan nutricional adaptado a cada paciente será la mejor estrategia para aumentar las probabilidades de embarazo y para mantener un buen estado de salud previo y durante la gestación.
  • Realizar una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos: vegetales y hortalizas, hidratos de carbono (choclo, mote, papa, camote, plátano, quinua), proteína (carne, pollo, pavo, pescado, huevo, tofu, granos como chocho y garbanzo) y todas las frutas son necesarias; se deben variar cada semana.
  • Se debe evitar el consumo de alimentos ultraprocesados y comida rápida. El azúcar, las harinas refinadas, el alcohol, las bebidas azucaradas, los edulcorantes, saborizantes y aromas añadidos: todos estos alimentos tienen repercusiones negativas en la salud.
  • Eliminar el consumo de alcohol y tabaco. Desde el momento en que quiera iniciar la búsqueda del embarazo y durante toda la gestación, será primordial evitar el consumo de este tipo de sustancias.
  • Además, no tener un correcto descanso a partir de las 10 p. m. también afecta directamente a nuestra salud hormonal. Considere que antes de dormir necesita una cena ligera, rica en vegetales y proteínas de fácil digestión, debido a que las copiosas pueden provocarnos digestiones pesadas que nos dificulten conciliar el sueño. Evitar las pantallas, ya sean de móvil o de televisión, durante al menos una hora antes de ir a dormir; esto ayudará a que se prepare para dormir y el sueño sea mucho más fácil de conciliar y sea reparador. (F)