Las historias de mellizos y mellizas abundan. Pero, ¿qué sucede con sus padres? También a ellos se les presentan grandes desafíos. Desde el doble cambio de pañal, consolar simultáneamente un llanto por duplicado... y luego, educarlos. Sin duda, a estos progenitores les espera una tarea ardua y compleja.

La capacitadora alemama Ilka Poth forma parte de una pareja de gemelos y se dedica a aconsejar a padres que tuvieron dos hijos simultáneamente. Durante una entrevista, cuenta qué aspectos deben tener especialmente en cuenta los progenitores de mellizos mientras los educan. Y, también, por qué la ropa idéntica para gemelos no es necesariamente una buena idea.

¿Cuáles son los particulares desafíos a los que se enfrentan los padres de mellizos para educarlos?

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El especial desafío para los padres de mellizos consiste para mí muy claramente en el especial vínculo y la identidad conjunta que estos tienen. Porque se genera ya en el vientre materno y deja su marca durante toda la vida.

Al mismo tiempo, debe desarrollarse y seguir consolidándose la propia identidad. Para ello, es importante un vínculo estable madre-padre-hijo. Y también que se fomenten los intereses de cada hijo individualmente.

Por lo tanto, es importante que los padres de mellizos pasen regularmente tiempo con solamente uno de los dos niños y descubran qué le gusta. Porque si no, suele ser frecuente que un mellizo se esconda un poco detrás del otro y simplemente haga lo que al otro le agrada. Y de esta manera, ese niño no puede desarrollar completamente su potencial individual.

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Ilka Poth, melliza ella misma, trabaja como coach aconsejando a otros mellizos y a padres de mellizos. Foto: Jenner Egberts Foto & Film Foto: ---

Los padres también deben prestar atención a que los mellizos tengan cada uno respectivamente sus propios amigos. Eso no significa que no puedan tener amistades en común. Justamente cuando aún son pequeños, este será frecuentemente el caso. Pero los niños deben aprender cómo forjar contactos y también que a veces pueden hacer cosas de manera separada.

Esto implica tiempo, así como también más horas en el coche y no siempre resulta financieramente sencillo para las familias. Pero se pueden buscar acuerdos, como un club en común, en el que por ejemplo un mellizo concurra a fútbol y el otro practique hockey.

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¿Le recomendaría también a los padres que sus hijos cursen en grados separados?

Esta efectivamente es una pregunta que suelen formularme seguido los padres de mellizos. Básicamente sí, pero no hay una respuesta única, porque muchas veces se trata más del cómo y del cuándo.

Para tomar una decisión, resulta necesario contemplar con minuciosidad la relación de los mellizos y también a los niños y lo que desean. Por lo tanto, debe hablarse el tema por separado con cada niño.

Pero si se da el caso de que, cuando los niños ingresan al colegio, aún no hayan llegado a ese punto de maduración como para separarse, entonces debería ponerse en el foco en la transición a la escuela secundaria, para lograrlo allí.

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En principio, estoy siempre a favor de que los niños vayan separados a la escuela. Porque si uno de los niños se destaca y es más dominante, entonces el otro pasará rápidamente desapercibido en el colegio y no podrá desarrollarse.

En la educación de mellizos es importante que los padres pasen también tiempo con cada uno de sus hijos por separado. Foto: Andrea Warnecke

Un mellizo camina antes que el otro. Un hermano trae una nota regular en matemáticas, y su hermana, una buena. ¿Cómo deben reaccionar los padres ante el desarrollo desigual de sus mellizos?

Las comparaciones no tienen absolutamente ningún sentido. De esa manera solo se enfrenta a los mellizos entre ellos y se fortalece la competencia que estos ya tienen de por sí. Porque siempre estamos luchando por reconocimiento, siempre tenemos que compartir. Incluso en la edad adulta, estas comparaciones son todo un tema y pueden generar una brecha entre mellizos.

Claro que no se pueden evitar del todo, es natural que los padres comparen a sus hijos. Sin embargo, no deben manifestarse abiertamente sobre las constataciones que van haciendo delante de ellos.

Los niños deben sentir que reciben aceptación como ellos son. Y si uno de los mellizos avanza menos rápido en su desarrollo, frecuentemente luego lo recupera. Por lo tanto, hay que preservar la calma.

Asimismo resulta sensato hablar con los hijos sobre estas comparaciones cuando tienen la edad suficiente. Al fin y al cabo, estas también provienen de familiares o incluso de desconocidos en la calle. Entonces hay que brindarles herramientas para que formulen respuestas positivas, que también puedan expresar a personas que no conocen.

Vestir a los mellizos de la misma manera puede conducir a que las personas que los observan procedan aún más intensamente a compararlos.

Por lo tanto, si los propios niños no desean la misma vestimenta, lo mejor es desistir de ropas iguales, aun cuando cuando los padres encuentren que esto es bonito.