Los siguientes son refranes muy escuchados y repetidos en nuestro medio: ‘un clavo saca a otro clavo’, ‘a rey muerto, rey puesto’, refiriéndose a que, según estos versos populares, la mejor decisión tras sufrir una pérdida es sustituirla de inmediato, encontrar a alguien que ‘llene’ ese lugar. Pero de acuerdo con la psicóloga clínica Sonnia Navas Gafter, sería poco aconsejable hacerlo si no se cerró saludablemente la etapa previa.

¿Cómo sabrá cuándo está listo para retomar la vida amorosa? Una de las señales, dice Navas, es que siente ganas de transformar su casa, su área de trabajo. “Tiene ya el ánimo para encontrarse con amigos, con familiares, cuando ya siente que puede apreciar o tener un afecto sin sentir en ningún momento culpa o dolor, esa es la consecuencia de un buen duelo”, precisa.

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Y aunque la especialista recomienda tomarse el tiempo que cada quien considere necesario, también advierte que cuando decida salir con alguien tampoco debe dar explicaciones o pedir permiso.

“Es complicado y difícil en sociedades como la nuestra, que son muy cerradas y están arraigadas a costumbres del siglo XIX o XX, sin embargo, si se quieren evitar comentarios, lo más recomendable es mantener cierta discreción y prudencia y que solamente las personas más cercanas o queridas puedan conocer si usted sale o no con alguien”, aconseja. “Por experiencia como psicóloga sé que siempre habrá personas que estarán a favor de la nueva relación y personas que piensen que eso está mal”. Lo mejor es no dar demasiada información a quien no la necesita y evitar así que pretendan invadir su vida con cierta agresividad en forma de comentarios o críticas.

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Asimismo advierte tomar la honestidad como bandera en la nueva relación. “Por supuesto que no se le puede dar una revisión exhaustiva de nuestra vida, pero sí decirle lo más importante: si hay hijos, de qué edades, su área de trabajo, un poco de la vida personal y familiar, y si no se está listo aún para un compromiso serio, también decirlo”, resalta Navas. “Lo peor que se puede hacer cuando se ha salido de un divorcio o viudez es mentirle a la nueva persona porque genera problemas a corto, mediano y largo plazo”.

Cual sea el motivo por el que se perdió una pareja, se pasará por la crisis, la negación, el enojo, la depresión, la aceptación y el aprendizaje.

El kit básico para empezar de nuevo

Es el momento de reaprender a relacionarnos más allá de la pantalla, el medio social favorito de estos años de pandemia. “Sobre todo, por la temporada que estamos viviendo; a partir de octubre del año pasado y a finales de enero de este año, que fue la última ola de contagios, el incremento de encuentros íntimos y rápidos sexuales se ha incrementado en un 30 %”, informa el psicólogo clínico y sexólogo Rodolfo Rodríguez.

La modalidad para conseguir una pareja casual también ha cambiado, según se transparenta en la consulta psicológica. “Antes para conseguir pareja te ibas a una discoteca. Ahora vas a un gimnasio. Se volvió el lugar predilecto, porque la gente quería hacer ejercicio, volver a estar en forma, y ¡boom!, así se está moviendo el mercado sexual”.

Ante esta realidad, el psicólogo habla de un kit emocional básico para reemprender la vida sentimental de manera segura, responsable y placentera.

El autoconocimiento le permitirá saber claramente qué espera de la nueva relación y qué está dispuesto a dar.

El proceso empieza por el duelo. Cual sea el motivo por el que se perdió una pareja, se pasará por la crisis, la negación, el enojo, la depresión, la aceptación y el aprendizaje. “Cuando sales de una relación, necesitas trabajar ese duelo, y soltar, porque si te quedas aferrado a una pareja, viendo sus fotos en el celular, eso no te deja avanzar. Hay que aprender a soltar”, aconseja Rodríguez.

Luego hay que aprender a amar de nuevo, lo cual empieza por el amor propio, la autoestima, arreglarse, vestirse, cambiar de ropa y de escenarios. “Muchas veces las personas esperan que venga otro y le diga: ‘Te voy a cuidar, te voy a sacar adelante’. Nadie puede sacar adelante a alguien que no quiere”.

Y lo siguiente es una ‘actualización’ en el software, en la manera de pensar, en sus gustos y preferencias, para que vivan su sexualidad de manera segura, responsable y placentera. “Con eso disminuimos los miedos, los temores y aseguramos que la persona sea feliz y siga avanzando”.

Reactivar la vida amorosa: Lo que quiero y lo que merezco

Este tema se ha expandido a los dos años de la pandemia, explica el psicólogo clínico y sexólogo Rodolfo Rodríguez. Gente separada, divorciada o que ha enviudado (algo que se acentuó con el COVID-19) y que quiere retomar su vida amorosa. Con las nuevas realidades, las personas se han lanzado a experimentar a través de las redes sociales para hacer “match”, para buscar sexo, para encontrar pareja ‘seria’ o solo para tener citas.

Pero hay una desventaja en esto, dice Rodríguez. “¿Qué te venden las aplicaciones? Pues la búsqueda de una persona según tus intereses, tus afinidades, lo que te llama la atención, lo que te atrae”. Esto no tendría nada de malo si no fuera porque, al buscar a otro, nos olvidamos de nosotros mismos.

Los especialistas en sexología y en terapia de parejas tienen un mensaje para estos casos. “Concéntrate primero en ti, atiende tus necesidades; conoce lo que tú quieres y lo que tú mereces”, señala Rodríguez, quien propone a continuación un ejercicio llamado ‘Quiero y merezco’.

¿Cómo se juega esto? Usted, guiado por el terapeuta, aprende a hacer una introspección de lo que realmente quiere (sus gustos, sus intereses) versus lo que merece de una pareja, lo que está dispuesto a dar y lo que quiere recibir a cambio. “Ahí es donde el sujeto, independientemente de su género y de su edad, dice: Yo no puedo estar con cualquier persona, tengo que saber escoger”.

Entonces, encontrarse consigo mismo, saber cómo funciona su sexualidad y atracción y saber lo que está dispuesto a ofrecer y lo que quiere recibir. Con ese equipamiento, dice el psicólogo, hay un buen inicio y la forma más saludable de reiniciarse en la escena romántica.

Cómo decirles a los hijos

Navas Gafter recomienda hablarles de acuerdo con su edad, en especial si son adolescentes, los progenitores, deben tomar las medidas necesarias para evitar que se sientan abandonados, incluso si están divorciados. “A los adolescentes les impacta mucho más el cambio o la pérdida y hay que acompañarlos porque la sensación de abandono es algo terrible, deja muy marcadas a las personas’', precisa. En el caso de tener hijos adultos, entonces se podrá hablar con ellos con franqueza y exponer las razones por las que se dio el divorcio y por qué ocurrió la separación.

Es esencial hablar con los hijos de acuerdo con su edad y reafirmarles el amor de sus progenitores aunque estén separados.

¿Hay un número límite de nupcias? La especialista dice que es una decisión difícil juzgar. “Lo he visto como profesional varias veces porque una persona se casa a los 20, ilusionada, enamorada y viene un divorcio; luego se vuelve a casar a los 35, y también puede llegar a fallar una relación y, en ocasiones, también a los 50 o 60 se vuelven a casar, pero yo no me atrevería a decir si eso está mal o bien”, resalta. “Es producto de que el promedio de vida se ha extendido hoy en día. Y también creo que hay personas que han tenido tres matrimonios porque han vivido tres etapas diferentes de sus vidas”.

Poniéndole límites al qué dirán

Es imposible guiarse por la opinión pública, mas hay opiniones que sí importan: las de la red de apoyo. Un padre, una madre, un mejor amigo, un hermano. Pero opinar no equivale a decidir por el otro. “Puedo pedir una sugerencia, aceptar una recomendación o escuchar a alguien que tenga más experiencia que yo”, afirma Rodolfo Rodríguez. Pero maneje esto con cautela y ponga límites. “Si eres mayor de edad, mientras menos personas quieran intervenir o influir directamente en tu vida sentimental, es mejor”.

Un límite que debe estar bien marcado es la información sobre la propia sexualidad. “Esto es como la ropa interior, creemos que todos la tenemos, pero no tenemos interés en verla, excepto en la pareja; mientras menos sepan, mientras menos se involucren, mejor”, porque si no, todo el que tenga acceso a esa información se sentirá con derecho a opinar, “y ya no será una relación de dos”.