Mi hijo de 16 años empezó a jugar Free Fire durante la pandemia. Ahora ha tomado la tarjeta de la madrastra y se ha gastado en el juego cientos de dólares. Él vive con el padre y con ella. La madrastra opina que, si le hubiésemos dado una paliza, él habría dejado ese juego. Pero pienso que esa no es la solución. Le hemos quitado el celular por un tiempo, pero inmediatamente volvió al juego, y ahora tomó mi tarjeta y gastó varios cientos de dólares más. Hace recargas de 20 en 20 y de 50 en 50. Me siento mal porque he escuchado que además los chicos se vuelven agresivos con los padres. Temo que tome la tarjeta de otra persona. No piensa en otra cosa, está muy delgado, se conecta en la madrugada. Necesito que me guíen.

Silvia,

Guayaquil

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Estimada Silvia:

Según lo que usted comenta, efectivamente su hijo ha desarrollado adicción a ese videojuego y han dejado pasar mucho tiempo sin intervenir. Son las personas con las que vive quienes deben tomar acciones, en especial el padre; por eso es muy importante que usted converse con él para que se comprometa a darle a su hijo la ayuda y tiempo que requiere, no tomarlo a la ligera. Si él no puede, entonces una opción sería que lo lleve a vivir un tiempo con usted.

Entre las opciones está quitarle el celular definitivamente (puede utilizar un computador, pero con fines únicamente académicos y con supervisión). Pero, aparte de esta acción de restricción, su hijo necesita ayuda psicológica para que la adicción a los videojuegos no sea remplazada por otras adicciones.

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Madre desesperada por hijo adicto a videojuego

Es importante conocer las causas que lo han llevado a refugiarse en los videojuegos, pues es una vía de escape a su realidad. El llevar a cabo un proceso de sanidad emocional, que está afectada (la separación de sus padres; el distanciamiento con usted; la relación con una madrastra y sin duda con nuevos hermanos), sumado a los cambios propios de su edad, lo hacen vulnerable a peligros que lo pueden afectar significativamente.

La adicción de los jóvenes es el resultado de lo que viven en su contexto familiar y en su mundo interior. Todo el tiempo que él invierte en los juegos debe ser remplazado por otras actividades que ocupen su tiempo y su mente; también es la oportunidad para afirmar los nexos y comunicación familiar. Es momento de que tome decisiones inmediatas por el bien de su hijo, no espere que otros lo hagan por usted.

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Mónica Llanos Encalada, Ph. D.

Teléf.: 099 183 9592