La economía circular es un modelo que busca reducir la generación de residuos y el consumo de recursos naturales, con la reutilización, reparación y reciclaje de materiales.

“Es una producción eficiente, una producción que entiende y comprende que necesita cuidar los recursos que está utilizando y que esos recursos puedan extender su vida útil en el tiempo lo que más se pueda”, explica Marcela Chávez, directora del proyecto Futuro Circular.

En ese sentido, sugiere que en el país se debe empezar a pensar que la economía circular genera oportunidades de negocio.

El proyecto Futuro Circular se ejecuta desde la Fundación Acra con financiamiento del Fondo Ítalo Ecuatoriano para el Desarrollo Sostenible (FIEDS).

El proyecto ha trabajado con emprendimientos para que entiendan qué es economía circular y la apliquen. “Los emprendimientos empiezan a entender cómo implementar prácticas de economía circular en sus negocios y lograr iniciar esta transición de un modelo de negocios lineal a un modelo de negocios circular”, señala.

Un caso destacado en el proyecto es una empresa que procesa nuez de palma africana y todos los residuos son reutilizados. El aceite de la nuez va a empresas que producen insumos de limpieza y de higiene; la cascarilla la procesan y la queman y es usada como combustible para sus hornos. La ceniza producto de esa quema es vendida a empresas cementeras por tener un alto contenido de sílice, compuesto que genera mayor resistencia en la construcción.

“Son nuevas oportunidades de ingreso y no solo es cuidado al medio ambiente”, explica Chávez.

La directora del proyecto señala que para impulsar más iniciativas de economía circular se necesita más confianza del sector financiero con productos dirigidos a este segmento. “Siguen trabajando en productos crediticios que financian, por ejemplo, autos eléctricos, o apoyan a empresas grandes, pero quedan fuera PYMES con proyectos en economía circular”, agrega.