Admiración. Es la primera palabra que a uno se le viene a la mente cuando escucha a Nataly Valencia y Jorge Ulloa al hablar del otro.

Los queridos actores del canal de comedia Enchufe TV, del cual Ulloa también es director, han formado una de las parejas más afianzadas del medio artístico y también una de las más mediáticas. Sus seguidores en redes sociales (más de un millón entre los dos, solo en Instagram) están súper que enganchados con sus publicaciones de sus viajes en pareja (su último destino fue Qatar, por el Mundial de Fútbol), con sus videos humorísticos y sus anuncios de las nuevas producciones que conciben en conjunto.

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Y, en sí, están pendientes de la historia de amor que protagonizan desde hace más o menos unos 10 años. Muchos sitúan el comienzo de su romance en el 2014, cuando Nataly compartió su primera foto juntos, durante un concierto de 30 seconds to mars, en Quito. Pero ellos prefieren no hablar de fechas, lo cierto es que su idilio fue espontáneo.

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Hay mucho respeto, al compartir el mismo oficio y el mismo espacio de trabajo, y sobre todo admiración entre ambos cineastas: él es un director que ve el mundo de una forma mágica, dice Nataly; para Jorge, ella es la actriz con la que siempre ha querido trabajar. No lo conciben de otra manera.

¿Cuál ha sido su secreto para tener una relación duradera?

Jorge: Una de las cosas que más nos ha unido como pareja es que nos encanta trabajar juntos. Probablemente para una persona que no está en el mismo medio podría ser un problema estar con alguien como yo, que paso pensando en la próxima película, en la próxima serie... En cambio, con Nati, es algo que nos alimenta en la relación. Nos emocionamos un montón (pensando) en cuál puede ser el próximo proyecto que podemos hacer juntos.

Nataly: Creo que es el haber crecido juntos. Estudiamos cine en la misma escuela (Incine), no juntos en el mismo año, porque soy mayor (4 años más que Jorge). Luego estuvimos juntos en Enchufe... Creo que nos ha ayudado el conocernos en diferentes etapas de nuestra vida. También tiene que ver con la admiración. Yo al Jorge, desde que le vi dirigiendo en Enchufe, me acuerdo el primer sketch que fui, me dije “este man, cómo sabe tanto, si estudiamos lo mismo” (risas). Siempre he tenido una admiración a cómo dirige, a cómo ve las cosas desde un punto de vista mágico.

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Haber hecho un match como pareja en el trabajo también nos acolitó un montón, porque nuestro trabajo es bien demandante de tiempo. El año anterior pasamos cinco, casi seis, meses fuera del país, trabajando día y noche para sacar el nuevo proyecto adelante. Si hubiéramos estado con otras parejas, ¿Quién te aguanta medio año afuera?

Jorge Ulloa y Nataly Valencia, de Enchufe TV. Fotos: Cortesía Foto: El Universo

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¿En algún momento han sentido que pasar tanto tiempo juntos en lo laboral afecte su relación de pareja?

J: He escuchado a personas que no pueden trabajar con su pareja porque existen, de pronto, otros intereses y otros conflictos que contaminan la relación romántica. Pero en nuestro caso, hay una sociedad muy linda. Tenemos mucha química profesional y mucha química romántica. Y eso es difícil de encontrar. Tenemos una suerte tenaz. Si tengo una nueva idea ella es la primera persona a la que se la cuento, sé que ella me va a dar la mejor réplica.

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N: Claro que para tener una relación sana hay que tener espacios, para que no todo sea trabajo, tenemos que salir de citas. También nos obligamos a tener espacios individuales, para extrañarnos.

En su último viaje, Jorge Ulloa y Nataly Valencia conocieron Medio Oriente, especialmente las regiones de Qatar y Dubai. Foto: El Universo

Y al revés, ¿han temido que su relación afecte su trabajo? ¿Hay favoritismos?

J: No, más bien somos hiper exigentes el uno con el otro. Yo como director, por ejemplo, cuando ella actúa, le digo que voy a seguir estando encima de ella hasta sacarle lo mejor, le sobre exijo. Y pasa al revés, ella me sobreexige como director, me cuestiona.

Antes de ser pareja, ¿ustedes se consideraban buenos amigos?

N: En Incine no nos llevábamos para nada. Él era un niño (risas).

J: Todo empezó en los rodajes de Enchufe. Antes era ella por su lado, yo por el mío... Creo que cuando te presentas a alguien con un interés romántico, hay un escudo y una máscara y solo quieres mostrar lo mejor de ti. Como no éramos tan cercanos cuando éramos estudiantes y no nos gustábamos para nada, pudimos conocernos sin poses.

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¿Cómo se veían en el uno al otro antes de ser novios?

N: Para mí el Jorge siempre ha sido una persona solidaria, es buena persona. Su principal característica, es ser un tipo bueno y es bien difícil conseguir a una persona así en pareja, ahora con todas las relaciones tóxicas que hay, que no sea egoísta, que piense en el bienestar del otro.

Luego es un tipo súper talentoso, de los mejores directores, tiene una sensibilidad con los actores y y es buenazo en la comedia. Yo sé que él tiene como director explorar otros géneros, si él quiere, pero la comedia es su fuerte. Finalmente es una persona de familia y en eso somos muy parecidos.

J: Nati era de las más ‘ñoñas’ del instituto (risas). Siempre tenía buenas notas y, antes de graduarse, daba tutorías. Así fue como nos conocimos. Me empezó a dar clases y era súper estricta. Yo le presentaba guiones y me cuestionaba, y yo estaba aprendiendo recién... Además, yo siempre le quería en mis producciones, la ‘castiaba’ (casting) para cortometrajes, pero siempre tenía otros proyectos y nunca aceptaba los míos... Siempre me encantó como actriz. Cuando ya logramos traerle a Enchufe, empezamos recién a trabajar juntos y empezamos a gustarnos, por las conversaciones que teníamos.

N: Es que somos muy apasionados los dos en nuestro oficio. Tenemos full debates cuando vemos una película. Cuando conversamos, debatimos sobre los actores, los guiones...

¿Cuándo finalmente se hicieron pareja?

J: Como estábamos trabajando juntos, era secreto porque la empresa era de amigos. Estábamos en el “clóset” de la relación. Cerrábamos la puerta del cuarto de guión y nos besábamos y abríamos como que no pasaba nada, con el pintalabios encima (risas). Todos sabían de nosotros, menos nosotros. No hay fecha clara.

¿Fue más o menos en el 2014?

J: Hace como 9 años más o menos.

N: Sí.

¿Cuál ha sido la mayor prueba que han afrontado como pareja y cómo lo solucionaron?

N: Como yo soy mayor que el Georgie, siempre me han preguntado cómo manejamos la relación. Siempre hay estos cuestionamientos. A él le daba miedo dar los siguientes pasos. Decir “seamos novios”, le daba miedo; venir a vivir conmigo le daba terror (risas).

J: Es que yo soy menor, nunca había vivido solo... Ella sí, en España (estudió un masterado en Barcelona).

N: Pero cuando empezó la pandemia él vino a acompañarme y se quedó. Ahora que vivimos juntos, y nuestros amigos se han casado, tienen hijos... hay una presión social.

J: ¡Y queremos hacerlo! Pero no queremos que sean temas incómodos. Y eso es algo que nos rodea mucho en este momento.

Justamente un 14 de febrero, de 2021, Nataly le escribió a Jorge “Quiero que construyamos la casa, y una familia, y que sembremos un árbol de aguacate...”

J: Y estamos construyendo la casa, desde hace dos años (Valle de los Chillos). No hemos podido avanzar tanto por los viajes. Estamos planificando terminarla este año.

N: Igual la casa es una metáfora. En algún punto nos va a tocar vivir afuera, en el exterior. Nosotros somos la casa, somos la familia que queremos. Nuestros hijos son nuestros proyectos

¿Esa idea de tener hijos, en todo caso, sigue siendo un sueño por cumplir para ustedes?

J: Sí nos gustaría, sí nos da mucha ilusión. Sí es algo que queremos hacer y tenemos que apurarnos, por el tema de la edad y el reloj biológico. Al menos sí está en mis planes (risas). (E)