El consultorio le quedó pequeño. Resultó diminuto en comparación con el inmenso problema que ha evidenciado a través de treinta años practicando la medicina: el consumo descontrolado de drogas en jóvenes y adultos que acaban en la calle.

En su carrera profesional comenzó a atenderlos tempranamente como parte de la campaña “Ayúdame a cambiar”, de su iniciativa personal y con el apoyo de amigos, por la cual recorrió sectores vulnerables para promover la desintoxicación de adictos con miras a insertarlos en oficios como panificadores, operarios en talleres de cerámica y manejadores en cría de caracoles. Ese programa duró unos quince años, hasta que concluyó por falta de dinero.

“Quizás tal experiencia me hizo perder el miedo a esos lugares. Muchos temen acercarse a los consumidores para ofrecerles ayuda en los barrios, y gracias a Dios nunca me ha pasado nada malo”, dice el doctor Rómulo Bermeo, de 57 años, quien hace cinco años empezó la iniciativa voluntaria de promover bienestar entre los consumidores de sectores vulnerables de Guayaquil, como Batallón del Suburbio, Fertisa, isla Trinitaria, cooperativa Viernes Santo…

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A ellos les entrega un mensaje enérgico y repetitivo: los drogadictos no son delincuentes que deberían ser perseguidos por la policía, o señalados de manera despreciativa por su familia y la ciudadanía, sino personas enfermas que requieren atención médica urgente para ayudarlas a que salgan, poco a poco, de una adicción que termina destruyéndolas física y mentalmente.

No miremos hacia otro lado., evitando ver esta lacerante realidad.

Posted by Romulo Bermeo Sañudo on Monday, May 31, 2021

La realidad diaria

“Si un día consumen tres bolsitas (de droga), al día siguiente traten de consumir solo dos o una. Eso sería un gran logro”, indica el médico a un grupo de adictos en el denominado Infiernillo, en la calle 44 y la Q (Batallón del Suburbio).

Uno de los afectados es un afroecuatoriano altísimo, quizás de 1,90 metros de estatura, descamisado y esquelético, que le agradece al médico por sus visitas recurrentes a esa zona y por entregarles en cada llegada un sánduche y un vaso con jugo. Bermeo también les reparte mascarillas para prevenir el coronavirus y pequeños libros que promueven valores humanos. “Él era arquero suplente en un equipo profesional de Ambato. Pero se lesionó, vino a Guayaquil a recuperarse y cayó en las drogas. Ahora vive en las calles”, comenta, mientras enciende el motor del vehículo que lo llevará a otro punto cercano para cumplir con el mismo proceso.

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Es jueves, pero podría ser cualquier día de la semana, incluso sábado o domingo, porque su voluntariado es diario para ofrecer ayuda a los adictos, mayormente jóvenes en estado de calle que consiguen dinero recolectando material de reciclaje. Aunque también pueden incurrir en robos. Así cubren su necesidad de substancias alucinógenas.

Diferentes lugares. Pero una sola realidad. Esclavitud a las drogas., Desesperanza y transito hacia la Muerte Bio-psico-social.

Posted by Romulo Bermeo Sañudo on Monday, May 31, 2021

Bermeo suele cumplir este paseo sanitario antes y después de su trabajo como médico del Ministerio de Salud en el dispensario Santiago de Guayaquil, ubicado en la calle M entre la 43 y 44, ya que este esfuerzo nace por su decisión.

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Estaciona su vehículo en el segundo punto y repite el mismo proceso. Sánduches, jugo embotellado, mascarillas, libros y el mismo mensaje. “Recuerden que ustedes no son delincuentes. Son enfermos. Vayan al dispensario para atenderlos”. Uno de ellos se acerca para indicarle en voz bajita que más tarde irá con su esposa. Otro le conversa que nunca le responde mal a su mamá, aunque ella a veces lo detiene antes de salir de la casa para cerciorarse de que no esconde nada para venderlo y así obtener dinero para su adicción. “Si le respondiera mal a mi mamá, ella desconfiaría más”, le dice al médico.

Bermeo es una figura conocida para ellos. Y respetada. Se lo ha ganado por haberse mantenido firme motivándolos a que busquen ayuda en el sistema de salud pública. “El Estado no puede obligarlos”. También desea elevarles su débil autoestima, lo cual quizás los motive a asearse un poco o a consumir menos.

Esas intervenciones han tenido resultados, ya que mantiene en su memoria aquellos jóvenes que lograron escapar de esa vida para luego encontrar un trabajo formal y hasta graduarse de la universidad. “Sí es posible recuperarse”.

Mall de la H., Zona de expendio / consumo de este veneno llamado "H". Orientándolos sobre la posibilidad de salir de este infierno.

Posted by Romulo Bermeo Sañudo on Monday, May 31, 2021

Pequeñas explosiones

Hace diez años, las drogas más populares eran el pegamento en solución y la base de cocaína, pero actualmente la substancia de mayor distribución en los sectores urbanomarginales es la H (hache). ¿La razón? Una bolsita puede costar el minúsculo precio de un dólar, lo cual se explica al conocer que es una mínima porción de heroína mezclada con detergente, veneno para ratas, residuos de cemento y hasta anestésico para ganado, indica Bermeo. “Una porción puede durarles un día, mientras que la base de cocaína cuesta unos 5 dólares. Mucho más cara”.

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Otro detalle de la H: es inodora, así que resulta difícil identificar a alguien que comienza a consumirla, lo cual es distinto con la marihuana y la cocaína, que generan olores.

Tratamos de dar Luz donee solo hay obscuridad., libertad donde hay cadenas., Vida donde hoy hay Muerte.

Posted by Romulo Bermeo Sañudo on Monday, May 31, 2021

Además, se ha masificado el consumo de la llamada plow-plow, droga denominada así porque al ser fumada produce pequeñas explosiones. “Explota porque la hoja de coca de la cual se extrae aún contiene matamalezas con elementos fosforados”. En las calles también se observan la marihuana, la perica y la llamada cripy, “que es híbrido de marihuana con mayor cantidad de tetrahidrocannabinol (THC), que potencia las alucinaciones. Es escasa y cara”.

Pero la droga puede tener otras formas. “Hace algunos años, en un centro de adicciones me comentaban que un paciente solía recolectar las cáscaras de guineo para llevárselas a su cuarto. Comenté que quizás estaba haciendo droga, ya que al secarla pueda ser ingrediente para un alucinógeno. Y así lo comprobaron”.

Buscar a los pacientes

Bermeo considera necesario que el sistema de salud se involucre en esta problemática in situ, en el terreno. “Es bonito dar una conferencia en un hotel, salón de eventos o auditorios, pero se queda en esas cuatro paredes, lo importante es trabajar en los sectores que sufren ese problema”, considera este profesional, quien ha sido galardonado por varias instituciones por su labor humanitaria, pero también amenazado en su seguridad.

El principal problema, según Bermeo, no es el consumo, sino los factores que lo generan, como la disfunción familiar que provoca malestar a los miembros de un hogar, o problemas mentales u orgánicos. Un ejemplo es la hipoxia neonatal, tal como se denomina el deterioro en la oxigenación materna durante el desarrollo del feto. “El 68% de los adolescentes consumidores (de 12 a 18 años) presentan algún problema perinatal, según determinamos en un estudio entre adolescentes consumidores. Y el 78% tenían algún grado de disfuncionalidad familiar moderada o grave”.

Ecuador ya no solo es un país de tránsito. Detrás de la batalla de dos carteles mexicanos están el procesamiento y la distribución de la droga

Consumidores de droga se tomaron un callejón del suroeste en Guayaquil

Por ello, la atención prioritaria debe apuntar al ser humano a través de tres compromisos imprescindibles: el paciente debe evitar el contacto con ese ambiente dañino, mientras que la familia debería acompañarlo en su abstinencia, porque es un paciente que está convaleciente. Finalmente, el médico trabaja para ayudarlo a reducir la ansiedad... “Con todo ello, insisto, sí es posible rescatar a los enfermos que caen en las drogas”.

Facebook: Rómulo Bermeo Sañudo