Ahora que la novela reina, celebro que María Fernanda Ampuero persevere en el cuento y que con cada libro se reafirme en su oficio de cuentista. La escritora guayaquileña hizo su debut en la narrativa de ficción en 2018, con Pelea de gallos, libro por el cual ganó notoriedad internacional. Ahora, acaba de publicar Sacrificios humanos, un volumen de doce cuentos que vio la luz con la editorial española Páginas de Espuma.
Un epígrafe de la autoría de Clarice Lispector, que dice: “Escribir es también bendecir una vida que no ha sido bendecida”, es la puerta de entrada a este banquete de 140 páginas. En estos cuentos no hallaremos internet, ni redes sociales, apenas si asoma un teléfono; tampoco encontraremos vidas sofisticadas, sino la vida dura y cruel, en la que a los protagonistas les toca desenvolverse. Una vida en la que los niños descubren que “la edad de la inocencia es la edad de la violencia” o en la que “la medida de la distancia de la familia es la medida del dolor de la familia”.
En los cuentos de María Fernanda hay una voluntad reminiscente, una reminiscencia dolorosa de sucesos truculentos, que se ahondan a veces con un sonido o con una imagen. Por ejemplo, el aplastar con los zapatos las cabezas de unos gatos hasta triturarlas completamente, o el cuerpo de un niño despedazado por un vehículo que derriba casas en una invasión. En estas historias hay “niñas gordas que se alimentan de decepciones”, niñas violadas, abuelas desalmadas, mujeres pobres y humilladas, mujeres maltratadas. Hombres prepotentes. Hombres dadores de placer. Hay de todo, como en la realidad. El cuento Lorena está dedicado a Lorena Gallo. Otro cuento nos remite a los sucesos del 15 de noviembre de 1922. Quizá los cuentos que más me impactaron son Hermanita, en el que se conjuga el suspenso y cierto terror, y Los invasores, que me resultó estremecedor.
Hallo en este libro un deseo de experimentación. El cuento Sacrificios es un enfrentamiento verbal, en formato diálogo, de una pareja atrapada en un centro comercial, y otro, Freaks, está narrado con frases muy cortas. Así como cada bebida se sirve en la copa apropiada, cada historia está hilvanada en la estructura conveniente.