Iniciamos el año, y con este viene el planteamiento de nuevas metas. Hay experiencias acumuladas en el manejo de la pandemia que podrían ser importantes para realizar proyecciones, algo más esperanzadoras que los dos últimos años. Pero lo preocupante es encontrar directivos que piensan que las fórmulas de antaño pueden seguir funcionando. Dedicaré un espacio a comentar las tendencias regionales y mundiales que debieran ser exploradas para adaptarse a los desafíos del 2022.

En el área de Tecnología de la Información: la arquitectura de los datos, así como su recolección y seguridad, son prioritarias y cruciales. La computación de alto rendimiento (HPC) y la nube están dejando obsoletos los servidores físicos, y la inteligencia artificial (AI) está llevando los análisis predictivos a un nuevo nivel.

En Logística: la automatización de procesos robóticos (RPA) está cambiando la forma de obtener resultados y generar valor. Y el internet de las cosas (IoT) crea redes de información y conocimiento más eficientes e inteligentes.

En las áreas Comerciales o de Servicio al Cliente: con la nueva normalidad, la realidad virtual (VR) y la aumentada (AR) están siendo cada vez más utilizadas para simular entornos y, a través del diseño de la experiencia (CX), poder generar conexiones emocionales con los clientes.

En el área de Talento Humano: la experiencia del empleado (EMX) se vuelve fundamental para programar el desarrollo y conseguir que los colaboradores se vuelvan promotores de su propia marca. Y el trabajo con proyectos interdisciplinarios está cambiando la estructura tradicional y la forma de trabajar en las organizaciones.

Con esta pequeña guía vale preguntarnos: ¿por qué no experimentar y cambiar? Ecuador es un terreno fértil para la innovación, las posibilidades son muy variadas. Traería resultados que no eran posibles de forma tradicional, e impulsaría el desarrollo de nuevas habilidades, fomentando la evolución de la formación y la educación. (O)