El fin de semana pasado decidí leer cuentos. De manera que tomé dos de las varias antologías que conservo en mi biblioteca: Cuentos inolvidables según Cortázar, de 2007, y Cuentos de matrimonios, de 2010. Esta última trae un prólogo de la escritora argentina Claudia Piñeiro. Los cuentos de ambos libros son magníficos. Algunos los conocía. Otros, no. Me detuve especialmente en los escritos por mujeres. Sobra decir que constituyen minoría.