Es como se podría describir a la población que nació entre los años 1997 y 2013, también conocida como generación Z. Cuando llegaron al mundo ya la internet estaba establecida y la comunicación digital solo iría creciendo geométricamente. No conocieron el teléfono de disco. Ellos son los protagonistas, tanto en la producción como en el consumo de información y tecnología. Son el sinónimo de globalización. Las generaciones anteriores son espectadoras asombradas de la naturalidad intuitiva con las que los “zoomers” reciben y procesan todo tipo de avance tecnológico.

Esta fluidez en la interacción con el mundo digital les ha permitido estar informados sobre cualquier clase de acontecimiento mientras este aún está sucediendo, tan inmediata es su conexión. Pero aquí se descubre una vulnerabilidad, por su juventud muchos zoomers todavía están en proceso de evolución y maduración emocional, y la información que reciben muchas veces no pueden procesarla adecuadamente, creándose en ellos confusión, incertidumbre y estrés.

Y esta es otra palabra que los define, es una generación estresada, muy probablemente por exceso de información, muchas veces conflictiva u orientada subliminalmente a influenciar su mente todavía inmadura. Esta es una de las razones por las que los índices de ansiedad y depresión son elevadísimos comparados con el promedio. Es que no solamente les ha tocado vivir en un mundo más violento, sino que las noticias les llegan más intensamente y por muchos canales.

Los zoomers, justamente por la facilidad de la intercomunicación, son más inclinados que las generaciones anteriores a buscar ayuda psicológica para sus malestares emocionales, por eso se conoce tanto de ellos. Son más expresivos y solidarios (se involucran en cruzadas por los derechos humanos, los de la población GLBTI, el cambio climático, entre muchas otras causas). A esta generación la pandemia le asestó un golpe muy duro, les robó a sus miembros un par de años de mucha calidad, les “postergó” el futuro.

Al terminar las restricciones se están dando cuenta de que las reglas de juego han cambiado. Es posible que su carrera elegida sea absorbida por la inteligencia artificial, por ejemplo. Son poderosos y variados los desafíos que deberán enfrentar, pero tienen la capacidad y las herramientas para prepararse. De su actuación dependerá la clase de futuro que tendremos. (O)