“Ismael Pérez Pazmiño, al fundar Diario EL UNIVERSO, escribió el lineamiento de una institución que ha durado cien años”, dice su bisnieto Carlos Pérez Barriga, director actual del Diario, “y desde entonces se ha valorado incondicionalmente a los empleados, a los lectores, a la comunidad, aportando al bienestar y al desarrollo de un mejor país para todos”.

El siglo que el Diario celebra este jueves 16 de septiembre motiva nuestra portada –no podía ser otra– y la sensible investigación de Moisés Pinchevsky de los pensamientos y las visiones de Pérez Pazmiño, que parecen todavía escritos con el corazón en la mano por el hombre retratado por Luis Peñaherrera en nuestra portada, mostrando una mirada penetrante y también cálida, comprensiva.

Retrato de Ismael Pérez Pazmiño, pintado por Luis Peñaherrera en 1994.

Sin pretender adentrarnos en una reflexión biográfica, lo más interesante de la nota es cómo las palabras del fundador vibran todavía en una era digital donde la prensa y las comunicaciones en general han sufrido una metamorfosis revolucionaria.

EL UNIVERSO llega a su primer siglo todavía impregnado de ese espíritu quijotesco que demasiadas veces se aleja de la sociedad global en el furor de las redes sociales y ese virus de la inmediatez que ocasiona descalabros y lo más trágico, la desinformación.

Como revistero, he sido parte del Diario por más de dos décadas y es difícil no emocionarnos al leer lo que Pérez Pazmiño parece recordarnos a cada periodista de hoy: “Con sinceridad y amor a la humanidad, cada cual pudiera hacer de su profesión u oficio una especie de culto. De esta suerte todos los hombres sobresaldrían en su rol respectivo, irían más directamente hacia su perfeccionamiento y el trabajo sería la religión que los vincularía unos a otros como a una sola familia en un hogar universal”. (O)