Algo sucedió en Italia entre el nacimiento de Dante Alighieri en 1265 y el fallecimiento de Galileo Galilei en 1642, algo que transformó para siempre la cultura de la civilización occidental. En el caso de la pintura, la escultura y la arquitectura, para mencionar solo tres ejemplos, el cambio fue tan radical y profundo que prácticamente no hubo retorno alguno al estado de cosas que había antes. Pero más importante aún fue el cambio que ocurrió en la concepción que sobre la humanidad comenzó a emerger durante esos largos años. La ciencia, la política y la organización social se vieron transformadas con igual intensidad.