Recientemente, Marcelo Báez Meza se incorporó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua con un discurso que mostró una faceta poco conocida del fallecido escritor Jorge Velasco Mackenzie: la de poeta. El discurso, en el que desgranó los versos de Velasco, lo armó como un recorrido por las calles de Guayaquil, la ciudad que el autor de El rincón de los justos tanto amó y de la que escribió casi obsesivamente. Poeta, cuentista, novelista, ensayista, catedrático universitario, crítico de cine, editor y ahora académico de la lengua, Báez es multifacético. Este año, con el sello que dirige, publicó las novelas de dos autoras significativas de la narrativa guayaquileña: Carolina Andrade y Liliana Miraglia. Y, además, sigue escribiendo y dando a conocer su propia obra. La más reciente es El síndrome Salinger, que obtuvo el Premio Nacional de Novela Breve Miguel Riofrío 2023, convocado por la Casa de la Cultura Benjamín Carrión de Loja. ¿Y qué es el síndrome Salinger? En las páginas de la novela se lo explica: “A este mal lo hemos bautizado así en honor al escritor Jerome David Salinger (1919-2010)”. Una de las características de Salinger, se dice, “era dejar su delito por escrito, pues solía contactar a jóvenes aspirantes a escritoras por medio de la vía epistolar”. La novela de Báez, de 215 páginas, tiene como personaje a un depredador sexual, de nombre Eduardo Torres, nacido en Balzar (Ecuador).

Es profesor, ensayista, editor, promotor cultural y uno de los críticos literarios más influyentes de Latinoamérica. Ayudó a lanzar las carreras de los escritores Marcelo Chiriboga y Márgara Sáenz. Y enseña en una universidad estadounidense, donde fue acusado de acoso sexual. Una de sus víctimas, la joven Lucrecia Lanza, es quien lo confronta en esta metaficción literaria, que es una especie de ajuste de cuentas con este hijo del patriarcado.

Báez echa mano de la literatura para crear literatura. Así, convoca a personajes de ficción y sucesos extraliterarios con asidero real que llegan a esta novela convertidos en artículos breves, en los que la violencia sexual es el eje. Aparece el Neruda violador, la Elena Poniatowska seducida por el maestro Arreola, el Foucault pedófilo y más.

Es un libro ágil, que se lee rápido, y cuya protagonista se empodera de las luchas feministas contemporáneas para desenmascarar a este abusador que se oculta en sus ropas de catedrático. La novela está construida a partir de una mezcla de géneros. “Los diversos niveles de sentido y el entrecruzamiento de planos narrativos terminan por dotar al texto de una modernidad desbordante y legítima, amén de los aciertos en la construcción y reinvención de los diversos lenguajes narrativos y juegos intertextuales”, ha dicho el jurado del Premio Miguel Riofrío. También destaca la originalidad, el estilo narrativo y el manejo de una variedad de recursos literarios. (O)